Jasikevicius acaba apalizado el día del juicio al Barça de Peñarroya
Sarunas Jasikevicius, una vez encajó los aplausos de una afición que le venera, hizo desaparecer los folios en el interior de la americana, se ajustó el cinturón, metió las manos en sus bolsillos y, serio, clavó la mirada en suelo del Palau. Quizá para asegurarse de que, al menos el parquet, seguía igual que cuando se fue. El resto ya es…
Sarunas Jasikevicius, una vez encajó los aplausos de una afición que le venera, hizo desaparecer los folios en el interior de la americana, se ajustó el cinturón, metió las manos en sus bolsillos y, serio, clavó la mirada en suelo del Palau. Quizá para asegurarse de que, al menos el parquet, seguía igual que cuando se fue. El resto ya es otra cosa.
Jasikevicius, que ganó dos Ligas y dos Copas del Rey como entrenador azulgrana, se fue del Barça después de que, el 26 de junio de 2023, la directiva vendiera su salida como un divorcio acordado con un comunicado de esos de «gracias y buena suerte». Cuando la realidad es que no convenía seguir teniendo un entrenador en nómina que cobrara como una estrella, y que ya le vendría bien para el banquillo, primero, Roger Grimau –echado a los leones en verano–, y, después, Joan Peñarroya, que vive al borde de un ataque de nervios. Al menos éste pudo alejarse durante unas horas del huracán al ver cómo sus jugadores sacaban adelante el peliagudo partido ante el Fenerbahçe de un Jasikevicius que tampoco va sobrado en Estambul. Punter fue amo y señor (25 puntos, 5 asistencias, 32 de valoración) e hizo volar cuanto hizo falta a Justin Anderson (18 puntos sin fallo), su mejor aliado.