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Marc Casadó también asombra con España: “Juega como un veterano”
Hay algo hipnótico en el juego simple, eficaz, moderno y antiguo a la vez de Marc Casadó. Llega al campo, se coloca en ese cruce de caminos, enrevesado, áspero y duro que es la posición de medio centro, donde el espacio no existe y los miedos se amontonan, y parece que lleva toda la vida ahí. Es como si formara parte…
Hay algo hipnótico en el juego simple, eficaz, moderno y antiguo a la vez de Marc Casadó. Llega al campo, se coloca en ese cruce de caminos, enrevesado, áspero y duro que es la posición de medio centro, donde el espacio no existe y los miedos se amontonan, y parece que lleva toda la vida ahí. Es como si formara parte del paisaje.
Así ocurrió en su debut con el Barça de Flick en Mestalla (17 de agosto) junto a Marc Bernal hace justamente tres meses, aunque entonces actuó como interior pisando el área de Mestalla. Así sucedió cuando se rompió su amigo en Vallecas y le tocó llevar al equipo azulgrana ante el Valladolid en Montjuïc (31 de agosto).
Aparece e impacta de tal manera que se le ve como un jugador que hace años que desarrolla esa compleja y, a la vez, sofisticada función donde se fusionan el muro defensivo y el origen del juego de ataque. Y con España, Casadó, fiel a su fútbol, no iba a ser menos provocando una sensación de impacto descomunal ante Suiza en Tenerife.
Debutó con Luis de la Fuente en Copenhague (apenas jugó 20 minutos sustituyendo a Martín Zubimendi, por quien el Barça consideraba que el Barça debería haber hecho una apuesta financiera importante) y tan solo falló dos pases (12 buenos de 14 intentos, 86% de acierto). Y el seleccionador le entregó al joven azulgrana, de 21 años, la titularidad en Tenerife ante Suiza. Le dio, en realidad, las llaves de España.
“Pongamos en contexto la realidad de su situación. Es un jugador que lleva un partido y medio con nosotros y juega como un veterano”
Casadó ni se asustó porque sentía que había jugado con esa camiseta toda la vida, impresionando a todos. A sus compañeros para empezar. Al público que festejaba el reencuentro con Pedri, el tinerfeño más famoso del fútbol mundial, y, sobre todo, a su entrenador. Pongamos en contexto la realidad de su situación”, argumentó De la Fuente tras la sufrida victoria sobre Suiza (3-2). “Es un jugador que lleva un partido y medio con nosotros y juega como un veterano”, añadió asombrado el técnico riojano.
Hace un año jugaba en Primera RFEF
Ese es Casadó. ¿Dónde estaba este talento? Pues hace un año jugando en Primera RFEF con el Barça Atlètic en el Reino de León ante la Cultural Leonesa, encajando una derrota (3-1), pero ganando, de la mano de Rafa Márquez, el técnico que más ha influido en él, minutos de oficio y aprendizaje.
En La Masia andaba cociéndose a fuego lento, sin las travesuras adolescentes de Lamine Yamal o Pau Cubarsí que provocan vertiginosos viajes asomándose a la elite con 16 o 17 años. Ni apareció tampoco Casadó a la edad de Gavi. Formado en la academia azulgrana, por no estar no estaba ni en el radar de la selección española en sus categorías inferiores. Ni transitó por ellas.
Apareció en la sub-21 pero hace un mes y porque Flick, caído Marc Bernal ante el Rayo, le confió el Barça sentándolo en la silla que ocupó Busquets durante tres lustros. “Ya sabíamos que era muy bueno. Casadó está jugando a un nivel superlativo, espectacular, moviendo al equipo y además dando asistencias”, contó también admirado ‘Busi’ en la Cadena COPE hace una semana.
No hay mayor honor. Ni tampoco mayor presión. Y de ahí al trono que le pertenece a Rodri, el Balón de Oro 2024, ocupado de forma provisional por Zubimendi. Y ahora llega él, y casi sin pedir permiso a nadie, lo hace suyo.
“Un partido para enmarcar”
“Juega como un veterano porque tiene una confianza y una seguridad… Transmite fútbol, transmite control de la situación. ¡Vamos, ha hecho un partido para enmarcar! ¡Ha estado fantástico!”, explicó De la Fuente, a quien le faltaba palabras para explicar lo que había visto en el Heliodoro Rodríguez López.
“Yo no me dejo de asombrar cada vez que le veo y cómo se comporta con 20 o 21 años”, añadió el seleccionador antes de recordar que “es una maravillosa noticia para el futbolista, para su club y para la selección española”. Así es Marc Casadó, el mediocentro pequeño (mide 1.72) que desafía a la modernidad de este puesto ocupado cada vez con más frecuencia por jugadores altos, físicos, potentes, de inmenso despliegue que van y vienen.