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Laporta tuvo su aniversario; el del Barça, ya será otro día, otro mes, otro año
Muchos, muchos, de los que no fueron, se lo temían y por eso no fueron, por eso rechazaron la invitación, por eso hicieron ver que tenían otras cosas, no más importantes, distintas, ineludibles, que, contaron, tenían ya programadas y eso que el acto de presentación del 125 Aniversario del FCBarcelona estaba programado desde hace muchos meses, lo que les permitió, a…
Muchos, muchos, de los que no fueron, se lo temían y por eso no fueron, por eso rechazaron la invitación, por eso hicieron ver que tenían otras cosas, no más importantes, distintas, “ineludibles”, que, contaron, tenían ya programadas y eso que el acto de presentación del 125 Aniversario del FCBarcelona estaba programado desde hace muchos meses, lo que les permitió, a muchos, programarse presencias “ineludibles”.
Los que declinaron acudir al acto, que, repito, no voy a citarlos pero están en la mente de muchos, es más, algunos de ellos como Leo Messi, Pep Guardiola o Carles Puyol, el tuétano de los últimos Barças, fueron los más ovacionados de la noche, sin estar, sin aparecer, solo mostrándose en video, acertaron de pleno, pues todo fue un tremendo autobombo presidencial.
La gente, insisto, que temió que el acto del Liceo se convertiese en otro aniversario de Joan Laporta, en una fiesta más de autoestima y boato (“me recuerda los discursos de Fidel Castro”, se oyó decir en la fila de los directores de medios de comunicación del Liceo) que de puesta en marcha de las fiestas del aniversario del ‘mès que un club’, están ahora dando palmas de alegría. Lo de anoche fue un cumpleaños más de Laporta; el cumpleaños del Barça, para otro día, otra semana, otro mes, otro año.
Hubo muchos invitados que declinaron acudir al Liceo, convencidos de que se trataba de una de esas fiestas que Joan Laporta se organiza en su honor. Y, desde luego, acertaron de pleno. Fue un ‘Aló, Presidente’, a lo bestia.
Hubo quien declinó la invitación con una excusa barata. Hubo quien quedó hasta bien (bueno, no sé) enviando un video, hubo quien ni siquiera contestó, hubo quien celebró no ser invitado y así no tener que rechazar la invitación, hubo quien fue por si pasaban lista y lo encontraban a faltar y hasta hubo una de los 25 grandes estrellas de las últimas décadas que pidió dinero, mucho dinero, por ir. Y no se lo dieron, claro.
Los hubo, por ejemplo, como el socio de Laporta que estaba allí porque aunque el Barça no podía invitar a todo el mundo, él sí debía (y merecía) estar. Estaba Alejandro Echevarría, cómo no, aunque nadie sabe en calidad de qué, platicando largo y tendido con Jordi Pujol y Artur Mas. Y, también, claro, por descontado, el economista de cabecera de Laporta (y del club), Sala i Martín, que hasta se hizo una ‘photocall’ con el presidente (a solas), luciendo su típica americana azul Klein. Y, esta vez, no se ocultaron, como el día que Sala i Martín, valiente él, se escondió en un despacho del auditorio para ayudar al presidente a convencer a los socios para que diesen el visto bueno a las millonarias pérdidas de su gestión.
Cuentan, dicen, que hasta los propios organizadores del evento fueron altamente superados, sorprendidos, sobrepasados, adelantados por la euforia desmedida de Laporta, cuyo discurso, más de forofo que de presidente, resultó interminable, lo que torpedeó el guión del acto, hasta el extremo de que se quedó un montón de gente, futbolistas incluidos, sin poder hablar.