La España del ‘piedra, papel o tijera’ recupera el ‘espíritu de Sudáfrica’ en este 2024

Finaliza 2024 para la selección española de fútbol “con un balance difícilmente mejorable“, en palabras del seleccionador Luis de la Fuente. A la conquista del título en la Eurocopa de Alemania, después de dejar en el camino a cuatro campeonas del mundo (Italia, Alemania, Francia e Inglaterra), se suma la clasificación como líderes invictos para los cuartos de final de la Nations League. 

Sin embargo, dentro del staff técnico y del grupo de jugadores de la selección se está más orgullosos de otro logro que no aparece en el palmarés. España ha reconquistado el corazón de los aficionados, o como le gusta decir a de la Fuente, “hemos recuperado el estilo de Sudáfrica”. El de Haro y staff saben que no hay mejor vitamina para los jugadores que el cariño de la afición. Los futbolistas están encantados de recibir el apoyo, especialmente el de los más jóvenes, que parecían haberse desenganchado de la selección en los últimos tiempos.  

Reconectar a los jóvenes

Después de la conquista de las dos Eurocopas (2008 y 2012) y, especialmente, el Mundial de 2010, la selección de Luis Aragonés y Vicente del Bosque eran un auténtico fenómeno de masas. Las imágenes del autobús con los campeones del mundo bajando por la calle Alcalá desde Sol hasta Cibeles acompañados por un millón de personas están en la memoria de unos futbolistas que lo vieron por la televisión o, en algunos casos, incluso se lanzaron a las calles a celebrar esos triunfos. 

La apuesta decidida de De la Fuente por renovar la plantilla, tras la etapa de Luis Enrique, ha acercado el equipo a los más jóvenes. La entrada en el equipo de jugadores como Lamine Yamal, que debutó marcando en Georgia con 16 años, y Nico Williams, junto a otros como Pau Cubarsí, Gavi o Fermín, han conectado a la absoluta con un nicho que prefería jugar a la consola a ver por televisión a la selección. Sin embargo, la Eurocopa de Alemania devolvió a la gente a las calles, celebrando una Eurocopa ganada con enorme solvencia ante rivales de primer nivel mundial. El descaro de la generación del ‘Piedra, papel o tijera’, liderada por el osadía de Lamine y Nico, ha permitido recuperar el llamado ‘espíritu de Sudáfrica’, algo que se ha visto reflejado en la expectación que ha generado la selección en sus partidos en esta clasificación de la Nations League. 

Las visitas de España a Murcia, Córdoba y ahora a Tenerife, han desatado una fiebre por la Roja que hace tiempo que no se respiraba en el seno del equipo. Las firmas de jugadores internacionales, los entrenamientos abiertos al público y la aparición de futbolistas de la absoluta en actos benéficos han acercado a la selección a los aficionados. El perfil bajo de sus jugadores y el carácter más coral que en anteriores etapas también ha ayudado. 

El equipo de todos

En estos tres últimos meses del ciclo clasificatorio de la Nations League han pasado por la selección jugadores del Real Sociedad, Barcelona, Athletic, Real Madrid, Celta, Atlético, Valencia, Villarreal, Osasuna, Girona, Arsenal, Chelsea, West Ham, Manchester City, Tottenham, PSG, Milan, Oporto, Bayer Leverkusen o Al-Nassr saudí. El equipo ha dejado de estar polarizado por el Real Madrid y el Barcelona. Los primeros, por la política de Florentino Pérez de fichar talentos extranjeros en edad incipiente o contratar futbolistas contrastados de primer nivel mundial. Los segundos están monopolizando la selección con la decidida apuesta de Flick por los jóvenes, dando paso a Lamine, Dani Olmo, Pau Cubarsí, Pedri, Ferran Torres o Marc Casadó. 

Pero al margen de ellos, Athletic y Real Sociedad han ganado mucho peso en el grupo con la aparición de jugadores como Nico Williams, Unai Simón, Dani Vivian, Aitor Paredes o Oihan Sancet, entre los Leones, y Martín Zubimendi, Mikel Oyarzabal, Mikel Merino, Robin Le Normand, Alex Remiro y Sergio Gómez, por los txuri-urdin. Esta ‘euskaldización’ del equipo se ha visto acompañada de la aparición de otros jugadores de equipos como Atlético, Girona, Valencia, Celta, Granada, Betis, Osasuna o Villarreal. Y eso lo ha completado con la internacionalización del grupo echando mano de jugadores que actúan fuera de la Liga española en el Arsenal, Chelsea, West Ham, Manchester City, Tottenham, PSG, Milan, Oporto, Bayer Leverkusen o Al-Nassr saudí. 

Esta España plural que es la suma de todos ha arraigado en las gradas, donde miles de niños y niñas acuden a hacerse fotos y pedir autógrafos a sus ídolos antes y después de los partidos. Un logro, que tiene más mérito si lo contextualizamos en el complejo entorno en el que se mueve una Real Federación Española de Fútbol descabezada y a la deriva que no termina de resolver sus problemas ejecutivos.