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El deporte queda en manos de Trump: el Mundial con el aliado Infantino, los JJOO con el enemigo Bach y el apoyo al LIV Golf

En un mundo multipolar, la política de bloques no es tan clara como antaño. Pero en el deporte los núcleos de poder se parecen más al pasado de lo que refleja la economía, aunque con unos equilibrios que varían cada cuatro años, el tiempo que transcurre entre un Mundial y unos Juegos Olímpicos. Las próximas ediciones de ambas citas se celebran en EEUU. La…

Santo Domingo - Publicado hace

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En un mundo multipolar, la política de bloques no es tan clara como antaño. Pero en el deporte los núcleos de poder se parecen más al pasado de lo que refleja la economía, aunque con unos equilibrios que varían cada cuatro años, el tiempo que transcurre entre un Mundial y unos Juegos Olímpicos. Las próximas ediciones de ambas citas se celebran en EEUU. La gran cita del fútbol, en 16 estadios en 2026, entre los que también están varias sedes de México y Canadá. Los JJOO, en Los Ángeles en 2028. A esto hay que añadirle el Mundial de Clubes de este verano o la trilogía clásica NFL (fútbol americano) – NBA (baloncesto) – MLB (béisbol). Por eso la reciente elección de Trump marca el deporte para los próximos años.

Los grandes apoyos deportivos de Trump: de Adelson a Dana White

Para el candidato republicano, la industria del deporte ha sido fundamental en su campaña. La dueña de los Dallas Mavericks, Miriam Adelson, fue la tercera mayor mecenas, con un aporte que rondó los 100 millones de dólares a través del comité de acción política Preservar América. La familia DeVos, propietarios de los Orlando Magic donaron 12 millones de dólares, pero los aportes más significativos, en cuanto a repercusión mediático, fueron los que el neoyorquino recibió de la NFL, la principal liga de fútbol americano. A la cabeza, Rob Walton, máximo mandatario de los Denver Broncos y de la cadena Walmart, quien puso de su patrimonio 20,5 millones de dólares. Por su parte, Charles Johnson, dueño de los San Francisco Giants de la MLB de béisbol puso 3,2 millones en la hucha republicana.

Aunque el apoyo más significativo de todos en el mundo del deporte es el que Trump recibió de Dana White, CEO de la UFC, referente en las Artes Marciales Mixtas (MMA) que tiene en Ilia Topuria uno de sus principales representantes. Estuvo presente en la noche de seguimiento de la victoria electoral del nuevo presidente e incluso se barajó que pudiera ocupar un puesto en su gabinete. White, capaz de sacar de la bancarrota a una modalidad que domina el ‘prime time’, tiene una estrecha relación con Trump que se remonta a más de un cuarto de siglo.

Nada que ver con el anterior candidato John McCain, quien consiguió que se prohibiera la UFC en la televisión por cable, tras considera las peleas de MMA como “peleas de gallos humanas” debido a su extrema violencia. “Nadie nos tomó en serio entonces, excepto Donald Trump. Nunca diría nada negativo, porque él estuvo ahí cuando otras personas no estaban”, ha señalado en más de una ocasión White, quien ha invitado al nuevo máximo mandatario norteamericano a varias veladas. El candidato republicano también se dejó ver en un partido de la NFL que enfrentó a los Steelers y a los Jets. Trump es amigo personal de Woody Johnson, propietario de los Jets, quien además fue durante un tiempo breve embajador de los EEUU en Reino Unido.

Trump y la FIFA de Infantino, una historia de complicidad

A nivel internacional, Trump mantiene una buena relación con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, uno de los primeros en felicitarle por su triunfo ante Kamala Harris. Bajo el primer mandato del republicano (2016-2020) se impulsó la candidatura United que lideraba EEUU para el Mundial 2026. Aunque el ‘soccer’ está lejos de ser el deporte rey de EEUU, el conservador lo practicó cuando era joven y prestaba el servicio militar. Infantino, quien considera a Trump su amigo, llegó a visitar la Casa Blanca hasta en tres ocasiones y han jugado juntos al golf.

Nada que ver con el mal trago que pasó Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), cuando visitó al presidente de los EEUU en 2017. “Recen por nuestro mundo”, se escuchó decir al alemán, que termina su mandato en próximo año, bajo el que se ha decidido la adjudicación de los JJOO de 2028 a Los Ángeles. Trump se posicionó activamente contra la decisión del COI para permitir combatir a la boxeadora argelina Imane Khelif, que ganó un oro en su categoría.

“¿Visteis esa pelea de boxeo en los Juegos Olímpicos? ¿Visteis a esa hermosa chica italiana? Se supone que es una buena boxeadora. Ella lanzó un jab de izquierda. El tipo (por Khelif) le dio un puñetazo. Ella no se cae, regresa a su esquina y dice: ‘Me acaban de golpear más fuerte que nunca antes’. Fue vergonzoso, va en contra de nuestros valores”, defendió Trump, en referencia al combate que enfrentó a la argelina con la italiana Angela Carini, que abandonó la pelea a los 47 segundos del primer round. El estadounidense se opone a la participación de competidoras como Khelif.

Trump dice que fusionaría el LIV y el PGA en “15 minutos”

Igualmente habrá que ver cómo se gestiona el veto de Rusia en la FIFA, donde sus selecciones y equipos siguen sin poder competir, y en el COI, que solo permite la competencia neutral de los atletas que condenan la invasión de Ucrania. Trump y Putin siempre han mantenido una cordial relación y, de hecho, en una de sus primeras conversaciones, el presidente de los EEUU pidió al ruso que no intensifique la guerra, vislumbrando el fin al conflicto, que terminará con una redefinición de las fronteras del estado ucraniano.

Por último, Trump tiene un peliagudo frente abierto con el deporte que más le gusta: el golf. Los campos de su propiedad han acogido varias pruebas del circuito saudí LIV en el que participan estrellas como Jon Rahm y que amenaza la existencia del histórico PGA Tour estadounidense. “Sería genial si pudieran jugar todos juntos. Es terrible cuando alguien queda fuera de un torneo importante. Están muy contentos con Arabia Saudí. Ganaron más dinero del que probablemente jamás hubieran podido ganar en toda su vida. En algunos casos, recibieron cheques de cientos de millones de dólares”, explicaba durante la campaña el nuevo presidente.

La intención de Trump es que ambos circuitos de se fusionen, para así poner fin a los problemas de los rankings y las participaciones en los ‘majors’. “Si por mí fuera, me llevaría 15 minutos alcanzar un acuerdo”, insinuó desde su habitual arrogancia. Sin embargo, algunos actores importantes de esta industria, como Rory McIlroy, ven con buenos ojos su regreso a la Casa Blanca: “Despeja un poco el camino. Así que veremos. Trump tiene una gran relación con Arabia y el golf”, sentenció el noirlandés. De lo que no hay duda es de que el deporte mundial está en manos del nuevo presidente.

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