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Vingegaard ya lidera la París-Niza, aunque Almeida le da un toque de atención
La Lodge des Gardes, en el Macizo Central, es un puerto que no le sienta bien a Jonas Vingegaard, como si se tratara de una digestión pesada. Entra bien la comida, pero al final del ágape el estómago comienza a mostrarse reacio a los alimentos. En 2023, cuando se enfrentó a Tadej Pogacar fue batido en toda regla, aunque luego el…
La Lodge des Gardes, en el Macizo Central, es un puerto que no le sienta bien a Jonas Vingegaard, como si se tratara de una digestión pesada. Entra bien la comida, pero al final del ágape el estómago comienza a mostrarse reacio a los alimentos. En 2023, cuando se enfrentó a Tadej Pogacar fue batido en toda regla, aunque luego el triunfo en el Tour se decantó de su lado. Este miércoles, en una accidentada cuarta etapa de la París-Niza, el astro danés se vistió de amarillo, pero pasó por la amarga experiencia de ver como el portugués, Joâo Almeida, que será gregario de Pogacar en el Tour, lo superó en los últimos metros, tras capturarlo después de un ataque del bicampeón de la ronda francesa en los tres últimos kilómetros.
Este jueves, Vingegaard saldrá vestido con el mismo jersey amarillo que distingue al primer clasificado del Tour, como el resto de los ciclistas deberá enfrentarse a un terreno áspero con siete puertos de montaña y con un tiempo inquietante, el mismo que provocó una granizada y el accidente entre un motorista de la Guardia Republicana y un coche del Decathlon que obligó a neutralizar la prueba. Reanudada la competición se enfiló la ruta hacia el puerto que debía decidir el ganador del día y golpear a la general. Y ocurrió lo que no suele ser habitual en una carrera ciclista desde inicios de esta década.

Joâo Almeida gana la cuarta etapa de la París-Niza / ASO
El aficionado está acostumbrado a anotar un ataque de Vingegaard o de Pogacar en la fase final de una etapa como un anuncio a una victoria en solitario de cualquiera de los dos, casi como si no fuera necesario ver el desenlace de la carrera. A Vingegaard ya le costó deshacerse del francés Lenny Martínez, hijo y nieto de ciclistas -el abuelo fue Mariano Martínez, conocido como el ‘francés de Burgos’, contemporáneo de Eddy Merckx y Luis Ocaña-. Lo consiguió. Parecía que la etapa se convertía en una autopista para el danés. No fue así.
La Tirreno-Adriático
Almeida, el corredor que siempre parece sucumbir al inicio de una subida, el que luego se recupera, fue también el que realizó por detrás un demarraje extraordinario para capturar a Vingegaard. Así, sin más, le birló la etapa, en una jornada en la que Pablo Castrillo intentó subir a meta entre los mejores del pelotón.
En la Tirreno-Adriático, tercera etapa, el mal tiempo también acompañó a los ciclistas, en la victoria del corredor italiano Andrea Vendrame por delante de Tom Pidcock. Filippo Ganna mantuvo la primera plaza de la general con Juan Ayuso en segundo lugar a sólo 22 segundos del contrarrelojista