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Victoria guatemalteca en el camiño’ de María Castaña
No suele ser habitual en el mundo del ciclismo contar la victoria de un corredor de Guatemala. En un deporte globalizado todavía hay países no destacan demasiado en el arte de mover los pedales a gran velocidad. Por eso, el triunfo de Sergio Chumil, un corredor guatemalteco formado en Galicia y que corre en el Burgos BH, se puede considerar una…
No suele ser habitual en el mundo del ciclismo contar la victoria de un corredor de Guatemala. En un deporte globalizado todavía hay países no destacan demasiado en el arte de mover los pedales a gran velocidad. Por eso, el triunfo de Sergio Chumil, un corredor guatemalteco formado en Galicia y que corre en el Burgos BH, se puede considerar una excepción en una carrera llamada O Gran Camiño, que finaliza este domingo en Santiago y que parece tener amarrada el canadiense Derek Gee; sin duda, el más fuerte de la prueba.
Casi se podría decir que desde los tiempos de María Castaña un ciclista guatemalteco no ganaba una carrera en Europa; de hecho, sólo se recuerdan buenas actuaciones hace 40 años de un compatriota de Chumil de nombre Rolando Ovando, que entre otros equipos corrió en el Reynolds, al que llamaban ‘El Gigante’, pero que siempre se quedó con el casi, a la hora de intentar el logro de una victoria.

Sergio Chumil, en la cuarta etapa del O Gran Camiño / BURGOS BH / SPRINT CYCLING
Y si ganó, de hecho, es porque contó con la sana protección de María Castaña, oriunda de las tierras por las que corrió la cuarta etapa del O Gran Camiño, carreteras lucenses, que no hace muchas décadas estaban prácticamente incomunicadas. En la salida de Pobra do Brollón, la tierra donde la leyenda cuenta que nació María Castaña, el alcalde de la localidad, Xosé Lois Maceda, veterinario de profesión, explicaba que, sin teléfonos móviles, con mal asfalto, sólo se enteraba de que una vaca estaba enferma en las cantinas de las aldeas y cuando llegaba al lugar el animal ya había fallecido. Y no ocurrió en los tiempos de María Castaña, una luchadora en la Edad Media contra los impuestos feudales que ahogaban a los plebeyos, sino a finales del siglo pasado, cuando nacían los corredores que ahora son los protagonistas en la mayoría de las carreras de la geografía mundial.
Camino de Santiago
Por los viejos puertos, por parte del denominado camino francés de Santiago, rodó la prueba gallega con ciclistas que mantenían la difícil esperanza de hace tambalear al canadiense Gee, que ya sabía que tenía media victoria en el zurrón después de imponerse el viernes en la contrarreloj de la prueba. Debía superar el obstáculo de la etapa reina y, sobre todo, la ascensión al único puerto catalogado de primera que acogía el guion de la carrera, una subida que se denominaba Pintinidoira y con dos kilómetros finales de los que cortan la respiración, el lugar donde Gee decidió acelerar, la zona en la que el danés Magnus Cort, que era el segundo de la general, se despidió de las buenas intenciones por ganar el O Gran Camiño, y la carretera donde Chumil sorprendió a propios, a extraños y hasta al mito de María Castaña.

Los compañero de Chumil se dirigen a la salida de la cuarta etapa. / BURGOS BH / SPRINT CYCLING
Aguantó lo inesperado y que no era otra cosa que la rueda del corredor canadiense. A él se pegó como una lapa, sin darle un relevo porque ni podía, ni seguramente debía, aunque esta última alternativa, la de chupar rueda, siempre esté mál vista en los diccionarios ciclistas. Pero existe y otros corredores de mayor renombre y hasta en el Tour lo han hecho por los siglos de los siglos.
La última etapa
Así que en O Cebreiro, una pequeña aldea que suele ser paso obligatorio de peregrinos, donde el frío se mete por todo el cuerpo por muy buen abrigo que se lleve, ocurrió lo esperado y es que Chumil, supuestamente más fresco, derrotase a Gee en el esprint final, en la meta, en el único lugar en el que el corredor guatemalteco se situó como cabeza de carrera. Gee resistió hasta el suspiró final, pero se llevó el puesto ‘guatepeor’ ante un guatemalteco que alegró el día al Burgos BH, un equipo al que le cuesta sudor y lágrimas conseguir una victoria; aunque fuera a rueda, no era cuestión de regalarla.
Este domingo se disputa la quinta y última etapa de la carrera gallega entre Betanzos, patria de las tortillas líquidas, y Santiago, con una ruta de 160 kilómetros que incluye seis tramos de ‘camiños de terra’, oda a las pistas sin asfaltar a menos de una semana para la disputa en la Toscana de la Strade Bianche con Tadej Pogacar como casi único favorito al triunfo final.