No sé qué es más llamativo, más preocupante, más excesivo, si el protagonismo, el poderío, la autosuficiencia, el desparpajo, la altivez de sus jefes o el papel de ellos, su segundo apellido’, su hombre en la sombra’.Seguir leyendo….
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No sé qué es más llamativo, más preocupante, más excesivo, si el protagonismo, el poderío, la autosuficiencia, el desparpajo, la altivez de sus jefes o el papel de ellos, su ‘segundo apellido’, su‘hombre en la sombra’.
No sé qué resulta más esperpéntico, más fuera de lugar, más ilógico, la desfachatez con la que se comportan los presidentes o el desprecio que sus correveidiles sienten hacia los que consideran sus súbditos. Porque sí, en cierta manera, son ellos, los segundones poderosos los que consideran, casi más que sus presidentes, que el resto somos morralla.
Unidos por la ultraderecha
Y es que, guardando las distancias, no solo de país, no solo de cargo, no solo de poder, no solo de idioma, no solo de profesión, no solo de antecedentes (bueno, bueno, no sé), no solo de ser quiénes son y a quién representan, lo cierto es que no sé quién se parece más a quién, si Donald Trump a Joan Laporta, o Laporta a Trump.
Tampoco sabría decidir quién es más maquiavélico, retorcido, despreciativo (hacia la humanidad, ya no solo hacia sus súbditos), impostor, al final, con un poder desmesurado, si Elon Musk o Alejandro Echevarría. Igual hasta se cartean. Al cuñadísimo, fijo, le hubiese encantado que Musk le hubiera invitado a la Conferencia Política de Acción Conservadora, que acaba de celebrarse en EEUU. Hasta hubiese llevado su propia motosierra.
Trump y Musk. / Agencia ATLAS
Hasta ahora había algo que me frenaba a la hora de expresar tan bárbara reflexión: Echevarría lo hacía todo oculto, no se dejaba ver, característica de todos aquellos que, más que trabajar, maquinan. Pero, últimamente, el ‘cuñadísimo’ le ha cogido el gusto, y mucho, a aparecer en el núcleo duro de Laporta y ya forma parte del meme del ‘laportismo’, del séquito, en las redes sociales.
Ya no se corta, en Barcelona, Vallecas o Dubai, aunque sigue sin aceptar cargo alguno en el club, no vaya a ser que, en cuanto ocupe una posición destacada, la que sea (bueno, la que él quiera), renazca la polémica sobre su protagonismo como promotor de la Fundación Francisco Franco y se vea obligado a regresar a una de sus mansiones.
A los cuatro les encanta provocar miedo. A los cuatro les encanta no hacer prisioneros. A ninguno de los cuatro les importa gobernar, imponerse, dirigir con mentiras o medias verdades. Ellos saben que el mundo les teme y con eso tienen suficiente.
Trump, que ha salido airoso, muy airoso, incomprensiblemente airoso, de algo más que un ‘piquito’, de mucho más que un beso en la boca, gobierna a base de exageraciones y mentiras. Laporta, que tiene un ejército de admiradores minúsculo, pero fiel y muy, muy, ruidoso en las malignas redes, también tiene anestesiados a los socios del Barça a base de propuestas esperpénticas que (casi) nunca se cumplen y medias mentiras, por no decir mentiras enteras. Se diría que uno y otro contentan al personal, tienen su público y no les importa satisfacer únicamente a su ‘hooligans’ personales.
Musk y Echevarría viven del temor que infunden, por eso el rico americano se presenta ante la audiencia junto a uno de sus hijos pequeños (él, que es un despreciable padre) y el ‘cuñadísimo’ ocupa un lugar a la derecha de Laporta para que jamás se ponga en duda su poder.
Alejandro Echevarria, sin cargo alguno en el FCBarcelona, ya no se esconde y se fotografia con sus amigos. / INSTAGRAM DE MASIP
Musk y Echevarría no hacen prisioneros. Y no porque así lo quieran, ordenen e impongan sus presidentes, no, no, simplemente porque forma parte de su manera de pasarlo bien. Les gusta. Les encanta ser temidos. A Musk y a Echevarría no les inquieta que sus decisiones, sugerencias o movidas sean injustas: son. Y punto. Y el que no las cumpla, peor para él.
Puede que sea, sí, una manera excesiva de comparar dos presidentes y sus‘Richelieu’. Puede. Pero no me negarán que es imposible resistir la tentación. A los presidentes les trae sin cuidado, ¡menudos son ellos, los dos!, que ni Musk ni Echevarría hayan formado parte de su candidatura, proyecto y gobernanza.
Seres superiores
Les han dado el poder o la parte más suculenta del poder, es decir, meter miedo, imponerse, maltratar al personal, porque les ha dado la gana y, aunque ellos ya cargan con un montón de porquería, les va bien, les va de cine, que otros, sus ‘Richelieu’, sean su brazo armado.
Dan tanto miedo, tanto, que quienes los sufren, en este caso la diferencia es abismal, pues al tándem Trump-Musk lo teme y padece el mundo entero y a la pareja de familiares Laporta-Echevarría solo unos pocos barcelonistas. Viven en el convencimiento de que la tiranía durará décadas pues, de no ser así, habiendo hecho ya todo lo que han protagonizado y cómo lo han protagonizado, es decir, con el desprecio hacia los demás que lo han hecho, ya deberían haber sido abducidos por el ‘ser superior’.
No por Florentino Pérez, no, por el otro. Y no ha sido así. No todavía.