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Trump crea una reserva estratégica de criptomonedas: qué significa y por qué preocupa
Estados Unidos se une a El Salvador y se convertirá en el segundo país del mundo en tener una Reserva Estratégica de criptomonedas. Este jueves, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para crear un fondo que almacenará hasta 21 millones de divisas digitales, la mayoría de ellas Bitcoin.Seguir leyendo….
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Estados Unidos se une a El Salvador y se convertirá en el segundo país del mundo en tener una Reserva Estratégica de criptomonedas. Este jueves, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva para crear un fondo que almacenará hasta 21 millones de divisas digitales, la mayoría de ellas Bitcoin.
¿Qué significa este movimiento? ¿Puede ser positivo para las arcas de Washington? ¿Entrañará riesgos financieros para los contribuyentes? A continuación respondemos a estas y otras dudas.
Una reserva estratégica es un conjunto de activos bajo el control de las autoridades, un almacén al que estas pueden acceder con distintas finalidades, desde garantizar el abastecimiento de ese activo hasta hacer frente a imprevistos como las necesidades de financiamiento.
Hay reservas de materias primas básicas como los cereales o el petróleo y de activos estratégicos como el uranio o las vacunas del covid-19 que sirven como protección ante posibles interrupciones de su suministro. Sin embargo, la reserva de Bitcoin creada por Trump se asemeja más a las que son de naturaleza financiera, como las reservas de oro o de divisas extranjeras que poseen los bancos centrales.
El plan de Trump tiene aún muchas dudas por resolver y varios obstáculos a sortear. Para que se convierta en una realidad, el proyecto deberá contar con el apoyo del Congreso estadounidense. De no ser así, la orden ejecutiva de Trump podría ser revertida fácilmente por el próximo presidente del país.
La Casa Blanca ha anunciado la creación de dos reservas: una Reserva Estratégica de Bitcoin y una Reserva de Activos Digitales. Por ahora, las autoridades solo han confirmado la posesión de Bitcoin, referido como “oro digital” debido a su escasez y su seguridad. Sus defensores argumentan que la oferta fija convierten este activo de referencia en un valor al margen del sistema financiero mundial y a prueba de la inflación. Actualmente, cada unidad tiene un valor superior a los 82.000 euros.
Aun así, Trump señaló el pasado domingo que, además del Bitcoin, las reservas de EEUU también almacenarán otras cuatro criptomonedas: ether, la segunda más valiosa en circulación, y otras menos conocidas fuera del sector como XRP, solana y cardano.
La Administración estadounidense ha asegurado que los bitcoins almacenados en la reserva serán aquellos incautados en procesos penales y civiles por actividades delictivas. Se trataría de 198.100 bitcoins, según un recuento de la firma Arkham Intelligence, cuyo valor actual supera los 18.100 millones de dólares (unos 16.700 millones de euros).
David Sacks, el llamado “zar de las criptomonedas” de Trump, ha explicado que el Gobierno no venderá esos activos, sino que los guardarán como reserva de valor. Aunque también ha prometido que esta iniciativa “no costará un centavo a los contribuyentes”, la orden ejecutiva permite a los Departamentos del Tesoro y de Comercio “desarrollar estrategias neutrales desde el punto de vista presupuestario para adquirir bitcoin adicional”.
Con este movimiento, la nueva Administración pretende “maximizar la posición estratégica” de EEUU en el mercado financiero global y, cómo prometió Trump durante la campaña electoral, convertir al país en “la criptocapital del mundo”. Sus defensores señalan que la reserva ayudará al Gobierno estadounidense a diversificar sus posesiones, contribuyendo así a la estabilidad de la economía.
La decisión de la Casa Blanca se entiende como otro paso más que refuerza sus lazos con la industria de las criptomonedas. Durante su primer mandato, Trump cargó contra los activos digitales y llegó a decir que Bitcoin era “una estafa contra el dólar”. Sin embargo, el mandatario cambió de opinión después de ganar millones con la venta de NFT y decidió tender la mano al sector, cada vez más rico e influyente, prometiendo acabar con la regulación adoptada por Joe Biden. Esa alianza fue crucial: las criptoempresas invirtieron más de 245 millones de dólares en las elecciones presidenciales del año pasado, según datos de la Comisión Electoral Federal, una ingente cantidad de dinero que impulsó a Trump y a otros políticos republicanos.
En su gran mayoría, la industria de las criptomonedas ha reccionado eufórica al anuncio de Trump, que cumple así con la promesa que lanzó en agosto durante el congreso mundial de Bitcoin. La creación de ambas reservas marca un momento crucial que refuerza el valor de los activos digitales y de las finanzas descentralizadas, un espaldarazo que puede acelerar su adopción e impulsar el negocio de las empresas que apostaron por Trump. Aunque de forma limitada, el proyecto también ha despertado el malestar de influyentes figuras del sector como el criptoinversor Nic Carter.
Los críticos del plan aseguran que la volatilidad de las criptomonedas y su carácter especulativo las convierten en un mal activo de reserva que podría hacer fluctuar drásticamente su valor. Varios expertos denuncian un conflicto de interés de Trump, que en enero lanzó una criptomoneda propia que podría verse beneficiada por ese plan. Esta, además, también ilustra la vaporosidad: en un mes y medio su precio ha caído de 70 a 13 dólares. Otros creen que, si más gobiernos empiezan a acumular bitcoins —activo que se creó para esquivar el control de las autoridades—, podrían manipular el mercado como ya sucede con el oro y las divisas.