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Termina el O Gran Camiño con los aranceles canadienses de Derek Gee
La tierra es para el que la pedalea. Ya forma parte de la vida cotidiana de las carreras que cada vez apuestan más por los caminos sin asfaltar, llamados sterrato’, gravel o sencillamente, aquí, en Galicia, camiños de terra’. Son el alma del nuevo estilo de hacer ciclismo, las bicicletas de gravel que tanto entusiasman a los excorredores profesionales que se…
La tierra es para el que la pedalea. Ya forma parte de la vida cotidiana de las carreras que cada vez apuestan más por los caminos sin asfaltar, llamados ‘sterrato’, gravel o sencillamente, aquí, en Galicia, ‘camiños de terra’. Son el alma del nuevo estilo de hacer ciclismo, las bicicletas de gravel que tanto entusiasman a los excorredores profesionales que se niegan a dejar de golpe el deporte que han practicado durante muchos años; ahí están los casos de Alejandro Valverde, Robert Gesink, Luis Ángel Maté y tantos otros que disfrutan de las rutas sin cemento.
El O Gran Camiño, la ronda gallega ganada este domingo por el ciclista canadiense Derek Gee, no podía ser la excepción. Seis tramos reñidos con el asfalto, alrededores de Santiago, público en las cunetas que quería disfrutar de una mañana festiva, en una carrera que, en cuento a la general, ya llegaba resuelta a la capital de Galicia y donde se esperaba, como así ocurrió, la tercera victoria del danés Magnus Cort. En cinco días de competición entre Cort y Gee se han repartido las victorias con la sorprendente excepción del ciclista guatemalteco Sergio Chumil, triunfador de la etapa reina de la prueba.
La última etapa
El domingo, en cambio, amaneció frío y soleado, con los bares cerrados en Betanzos, resaca de carnaval e imposible degustar la famosa tortilla. Así que no había excusa para animar a los corredores del O Gran Camiño, dispuestos a superar seis tramos de tierra, algo así como al gran aperitivo que aguarda a las grandes estrellas del ciclismo el próximo sábado en la Strade Bianche, por los más bellos parajes de Toscana.

Derek Gee, en la última etapa con el jersey de líder / O GRAN CAMIÑO
Ahora las bicis, sin necesidad de convertirse en las habituales del gravel, con ruedas de tacos, llevan neumáticos más anchos y frenos de disco que se adaptan mejor a los terrenos hostiles. Ya se vio el año pasado en el Tour, en una etapa cargada de tierra y que fue de las más bonitas de la carrera. Tan bella fue que hasta poco importó que al final apenas generase revuelo en la general. Piedras y arenilla se volverán a reivindicar esta temporada en el Giro. La Vuelta, normalmente innovadora en muchos aspectos, todavía no se ha decantado por la moda. El Tour, este año, circula siempre sobre asfalto, en un trazado algo más clásico que en las ediciones precedentes.

La clasificación final / O GRAN CAMIÑO
Así que los corredores superaron con dosis de emoción las zonas de tierra, sin demasiados ataques, pero con ese polvillo que se levanta en el pelotón, que provoca nerviosismo y que altera las emociones. Así finalizó O Gran Camiño, cinco días de competición, 600 personas en la organización, sin la figura de las tres últimas ediciones (Valverde primero y luego Jonas Vingegaard dos años seguidos) pero con un Gee que estableció los aranceles canadienses en Galicia para evidenciar que a los 27 años ya ha crecido como corredor y anunciar su nombre entre las figuras que van a luchar por la victoria en el próximo Giro, carrera que empieza en Albania el 9 de mayo.
Ahora, en la despedida gallega, llega el turno de la Strade, el sábado, y luego el inicio de la París-Niza, la ‘carrera del sol’, que no es sinónimo de calor, a partir del próximo domingo y con la intensidad de una semana de competición.