SPD y CDU abren la precampaña en Alemania con el objetivo de pescar en el caladero del voto extremista
Quince días después del colapso de la coalición de Olaf Scholz, Alemania ya ha fijado quienes los candidatos de los principales partidos para los comicios anticipados del 23 de febrero próximo. A tres de ellos se les identifica como del centro político: el socialdemócrata Scholz, el líder del bloque conservador Friedrich Merz o el verde Robert Habeck. Frente a ellos, dos…
Quince días después del colapso de la coalición de Olaf Scholz, Alemania ya ha fijado quienes los candidatos de los principales partidos para los comicios anticipados del 23 de febrero próximo. A tres de ellos se les identifica como del centro político: el socialdemócrata Scholz, el líder del bloque conservador Friedrich Merz o el verde Robert Habeck. Frente a ellos, dos líderes del extremismo parlamentario, la ultraderechista Alice Weidel y la izquierda populista de Sahra Wagenknecht.
La lucha de Merz, el próximo canciller según los sondeos, no se orienta tanto a recuperar votos del centrismo que representó Angela Merkel. Su estrategia incluye recuperar al electorado antiasilo. El rechazo de Scholz a entregar sus misiles Taurus a Ucrania o su disposición a dialogar con Vladímir Putin apunta a un afán por atraerse al electorado contrario a los suministros de armas a Kiev, sea por temor a Moscú o por un nuevo pacifismo.
Scholz, a por un muy improbable segundo mandato
El canciller fue designado este lunes por unamidad de su cúpula como candidato del Partido Socialdemócrata (SPD). Se buscó así dar una imagen de cohesión, algo forzada. Su popular ministro de Defensa, Boris Pistorius, había renunciado la semana pasada a ser él quien liderase la socialdemocracia. Los sondeos apuntaban a un mayor respaldo para el vital ministro frente al apático canciller: un 60% de los ciudadanos veían a Pistorius más apto que a Scholz para buscar la remontada. Con su renuncia, se zanjó un dilema interno que dañaba al partidp. Pero pese a la exhibición de unidad, el SPD sigue clavado en una intención de voto del 15%.
Scholz se sitúa entre los aliados occidentales que exasperan a Volodímir Zelenski con su lentitud en la toma de decisiones. Alemania es el segundo contribuyente tras EEUU a la ayuda a Kiev, con un volumen de 7.100 millones de euros solo este 2024. Pero tardó lo suyo en dar luz verde al envío de sus tanques Leopard, a sus sistemas de defensa áerea Patriot o IRIS. Ahora Scholz se ha enrocado en el rechazo a entregar los misiles de largo alcance Taurus. Contraría así la opinión tanto a Kiev o sus principales aliados occidentales, como a la oposición conservadora y a sus socios verdes, su único puntal en el Gobierno, tras romper con el tercer socio, los liberales. “Haremos todo lo necesario para impedir que la guerra escale a un conflicto entre la OTAN y Rusia”, insistió, tras su designación.
Su reciente conversación con Vladímir Putin fue inoportuna a ojos de Francia y otros aliados, porque además poco después el Kremlin anunció la ampliación de la “doctrina rusa” nuclear. Con ello se situó Scholz en un mayor radio de aceptabilidad entre los votantes de la agónica izquierda tradicional y del revitalizado izquierdismo de Wagenknecht. Entre esta nueva izquierda y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), identificable como prorrusa, representan casi el 50% de los votos en las regionales del este alemán.