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Ruud hace descarrilar a un desconocido Alcaraz en las ATP Finals
Desconocido en sus gestos y en su tenis, aquejado de un resfriado cuya incidencia fue fácilmente intuible, Carlos Alcaraz hincó la rodilla en su debut en las ATP Finals frente a Casper Ruud (6-1 y 7-5). Una derrota aún remontable, pues le quedan los duelos contra Zverev y Rublev para clasificarse a semifinales, pero sobre todo elocuente de lo larga que…
Desconocido en sus gestos y en su tenis, aquejado de un resfriado cuya incidencia fue fácilmente intuible, Carlos Alcaraz hincó la rodilla en su debut en las ATP Finals frente a Casper Ruud (6-1 y 7-5). Una derrota aún remontable, pues le quedan los duelos contra Zverev y Rublev para clasificarse a semifinales, pero sobre todo elocuente de lo larga que se le está haciendo la temporada al murciano.
Casper Ruud, un especialista en tierra batida, un rival ante al que hasta ahora jamás había perdido (4-0), que nunca en su carrera había ganado a un top3, fue el verdugo de un Alcaraz que rindió en Turín a años luz de su mejor versión. No hubo luz en su tenis ni brillo en sus piernas, fuera por ese catarro que padece o porque los torneos ‘indoor’ siguen siendo su asignatura pendiente. Dos sets le bastaron al noruego ante un Alcaraz que solo a mediados del segundo ofreció algún síntoma de fortaleza. Tan pasajeros, eso sí, que ni su rostro llegó a reflejarlos.
Primer set claro para Ruud
El arranque del primer set no hacía presagiar ni la dirección ni mucho menos la contundencia del desenlace. Sufrió mucho Ruud para conservar sus dos primeros servicios, gozando Alcaraz un 15-40 a su favor y resolviendo sus saques cediendo un solo punto en su primer saque. Parecía la calma que precede a la tempestad de los días de gloria de Carlos.
No aprovechar sus oportunidades de ‘break’ volvió a ser la perdición del murciano, que en el cuarto juego se vio sorprendido por una ruptura bastante sencilla de su rival, mucho más de lo que permitían intuir las sensaciones ofrecidas por ambos hasta entonces.
Sólido en su servicio, con un apreciable porcentaje de primeros (72%), y agresivo en el resto, Ruud le comió la moral a Alcaraz en el quinto juego, en el que amarró agónicamente un servicio que le colocaba 1-4 en el set. Algo desconcentrado, el español cedió su siguiente servicio y se despidió del set recibiendo un juego en blanco para un 6-1 por el que nadie habría apostado apenas 40 minutos antes.
La frustración de Alcaraz
Tan elocuente como el resultado, exagerado en todo caso dado lo visto en la pista, era el lenguaje corporal de Alcaraz, sus gestos de frustración ante el error, su ausencia de júbilo en los momentos buenos, fuera en puntos brillantes (pocos, a decir verdad), o en juegos en blanco, como ocurrió en sus dos primeros servicios de la segunda manga. Su falta de alegría, en definitiva.