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¿Qué es el Atlètic Lleida? Así se creó el club que ha dividido la Terra Ferma y que se enfrenta al Espanyol en la Copa
Es evidente que solo puede haber un club en la ciudad. Y nuestro proyecto es ambicioso. Queremos revitalizar el fútbol en Lleida y llegar al fútbol profesional. Y eso solo se puede hacer libre de deudas, sin lastre. Néstor Gutiérrez, autor de estas palabras, es el vicepresidente del Atlètic Lleida y el aglutinador de unas 40 empresas de la provincia, grandes…
“Es evidente que solo puede haber un club en la ciudad. Y nuestro proyecto es ambicioso. Queremos revitalizar el fútbol en Lleida y llegar al fútbol profesional. Y eso solo se puede hacer libre de deudas, sin lastre”. Néstor Gutiérrez, autor de estas palabras, es el vicepresidente del Atlètic Lleida y el aglutinador de unas 40 empresas de la provincia, grandes y pequeñas, que se han vinculado al club de Segunda RFEF, rival este jueves del Espanyol en la eliminatoria de la Copa del Rey (21 horas).
En la Terra Ferma, habituada en los últimos años a gestiones negligentes de su principal club de fútbol, se impulsa una entidad que ha abierto una fractura en la ciudad. Por un lado figura este club musculado por empresarios potentes, de Sorigué, de Vall Companys, Atlas Energia o Alier, por citar algunos. En el otro lado del ring, el heredero emocional de la UE Lleida, liquidado en 2011, después convertido en Lleida Esportiu y ahora en Lleida C.F., que se ha quedado exangüe por una deuda inasumible y un concurso de acreedores que puede acabar de darle sepultura.

Gabri Garcia, técnico del Atlètic Lleida, en el Camp d’Esports. / Atlètic Lleida
El Lleida C.F. es colista en estos momentos en la Tercera RFEF, con un solo gol en ocho partidos. Deambula sostenido por un hilo a la espera del milagro. Cuentan que un kuwaití puso encima de la mesa tres millones hace unos meses. Con un club con cinco de deuda, que algunas fuentes elevan a nueve, sobre todo a Hacienda y Seguridad Social, no había por dónde empezar con esa cantidad y la oferta se retiró. El Atlètic Lleida, entrenado por el exjugador del Barça Gabri Garcia, ha empezado dubitativo pero su presupuesto es de los altos de Segunda RFEF y debería escalar posiciones.
El Lleida C.F. está en los huesos, pero cuenta con un grupo de peñas implicadas que hacen ruido, en redes sociales en particular, y que ven al Atlètic como un usurpador de su espacio, símbolo del denostado fútbol moderno, y han conseguido agruparse en torno a una animadversión. También han logrado incomodar al ayuntamiento socialista y han arrastrado a ERC, que ha encontrado una herramienta útil para la erosión política.
Nacido de una preocupación
El origen del Atlètic Lleida, y por tanto de la disputa, se remonta a 2019. Lo relata Néstor Gutiérrez. “Nace porque entonces había mucha gente que creía que el Lleida iba a desaparecer. Como era imposible adquirirlo por su nivel de deuda, pensamos que era importante que la ciudad tuviera una alternativa futbolística para cuando la desaparición se consumara”. Sisco Pujol, hoy directivo con Joan Laporta en el Barça, ofreció a los empresarios un club de Almacelles para empezar a gatear en Primera Catalana.
José Carlos Monge, jefe de deportes del diario Segre, certifica que el Lleida de entonces era un caos, “con conflictos y saraos constantes”. Aparece entonces Luis Pereira, un empresario gallego con residencia en Suiza que había jugado unos pocos partidos en el Lleida como cedido por el Celta a principios de los años 80. Cambia el nombre del club como Lleida C.F. y se genera un clima de esperanza. La masa social se reactiva. Pero la realidad económica es dura como el cemento. Los jugadores, en una película ya vista antes, dejan de cobrar. “Pereira parecía la solución. Lo intentó, y hay que darle las gracias por ello, pero no lo consiguió”, explica Monge.
Hubo infinidad de reuniones entre el grupo de empresarios ilerdenses y el gallego-suizo que no llegan a ninguna parte. “Con la irrupción de Pereira -rememora Gutiérrez- se produjo un cambio de dinámica. Entra decidido y lo hace bien. Pero sus problemas económicos se acrecientan rápidamente y nosotros, que estábamos abiertos a unirnos o colaborar, entendemos que no podemos contaminar un club limpio como el nuestro con otro endeudado, porque la deuda en el mundo del fútbol te mata, y más cuando es con Hacienda y la Seguridad Social”.

Los jugadores del Atlètic Lleida celebrando un gol. / Atlètic Lleida
Los gobernantes del Atlètic Lleida, ante el nulo entendimiento con Pereira, trataron de acortar plazos en su ambicioso plan y asumieron la gestión del Badalona Futur en Segunda RFEF en el curso 23-24 con miras a su adquisición. No salió bien. Se quedaron en el umbral del ascenso a Primera RFEF (la repentina salida del técnico Ferran Costa hacia Andorra arruinó una temporada impecable) y agravó la enemistad con buena parte de la afición de Lleida. Los dos clubs ilerdenses se enfrentaban en la misma categoría. “Gente de Lleida compitiendo contra el Lleida. Aquello fue un error. Encendió más los ánimos”, recuerda Monge.
El vicepresidente del Atlètic Lleida también reconoce la equivocación. “Queríamos ser alternativa, no competir. No se entendió y nosotros lo explicamos mal. Y no medimos bien que el fútbol es pasión, es sentimiento. Y podemos decirlo porque todos los que formamos parte del Atlètic hemos sido socios de la UE Lleida”.
Al final, optaron por no ejecutar la compra del Badalona Futur de Toni Freixa, el excandidato a la presidencia del FC Barcelona, y dieron un paso atrás. Volvieron a Tercera RFEF ya con el Atlètic. El director deportivo Xavi Bartolo, exjugador de la UE Lleida que compitió en Primera en los años 90, eligió a Gabri Garcia como entrenador. Y este pasado verano se dio la circunstancia de que los impagos hicieron descender al Lleida C.F. a Tercera RFEF y el Atlètic Lleida se quedó su plaza en Segunda RFEF por casi 300.000 euros. Gasolina al fuego.
El uso del Camp d’Esports
Por en medio ha calentado la pugna la utilización del Camp d’Esports, de propiedad municipal y al que la falta de mantenimiento lo ha dejado en un estado muy mejorable. El Atlètic considera el estadio como crucial para su proyecto y pactó con el Lleida C.F. un uso compartido a cambio de 6.000 euros mensuales. También lo usa el AEM femenino, pero los costes han sido asumidos por los empresarios, y la convivencia es complicada. “No nos quejamos, porque así lo hemos asumido, pero lo pagamos todo. La limpieza, el mantenimiento del césped, el anexo… Es un esfuerzo importante”, dice Gutiérrez.
Antoni Laso, veterano periodista de la ciudad que ausculta la actualidad de los dos clubs en la emisora UA1, considera que “la ciudad está dividida por un relato contaminado. Se ha creado un caldo de cultivo por parte de Pereira y de gente a la que se les ha dado protagonismo, que proclaman que los empresarios son millonetis, que si el pueblo salvará al pueblo y monsergas de una ciudad-un club que han cuajado. Hasta a Bartolo le han dicho de todo».
«Creo -añade Laso- que la espuma ya está bajando. No va a ser de golpe, pero los del Atlètic no entrarán al barro. Son empresarios que no están acostumbrados a esto. Y han sido torpes y no se han explicado bien. Van aprendiendo a salto de mata”. Lo secunda de algún modo Monge. “Vienen de un mundo en que se cree que haciendo las cosas bien el relato se explica solo”.
El espíritu futbolístico
Laso, que ya narró los partidos del Lleida en Primera División, solicita que, después de lustros de gestión deficiente, “ahora que por fin se han activado los empresarios potentes de Lleida, no digo que les demos cariño, pero al menos no los insultemos. Que son futboleros de aquí de toda la vida y se están gastando dinero sin opción alguna de negocio. Porque no nos engañemos, el futuro es del Atlètic Lleida”.
La relación entre los gestores de las dos entidades ahora “no es mala”, dice Gutiérrez. La convivencia en el mismo estadio genera roces y algún exceso de gesticulación. “Hemos de encontrar un encaje. A ver cómo acaba todo después de esta temporada”. El vicepresidente del Atlètic, conciliador, valora “el ejemplo de la afición del Lleida C.F. porque incluso en la situación en que está no ha desfallecido en su apoyo. Significa que hay un espíritu futbolístico en la ciudad que es muy positivo”.
El ambiente en la ciudad está en la actualidad volcado con el baloncesto y el Hiopos Lleida. La visita del Espanyol es vista como «una oportunidad histórica» de dar a conocer el proyecto del Atlètic y reanimar la vida futbolística de la ciudad. Los resultados en el campo y en los tribunales acabarán de dictar sentencia del pulso fraticida.
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