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Otra polémica en el Real Madrid – Celta: no había fuera de juego en el penalti de Rüdiger
El Bernabéu vivió su tradicional escándalo del año cuando apenas llevamos 17 días del 2025. El árbitro Martínez Munuera y el equipo del VAR, comandado por Hernández Hernández, dieron un empujón para que el Real Madrid se clasificara para los cuartos de final con dos acciones muy controvertidas.Seguir leyendo….
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El Bernabéu vivió su tradicional escándalo del año cuando apenas llevamos 17 días del 2025. El árbitro Martínez Munuera y el equipo del VAR, comandado por Hernández Hernández, dieron un empujón para que el Real Madrid se clasificara para los cuartos de final con dos acciones muy controvertidas.
La primera fue la del penalti de Lunin a Williot que vio todo el mundo menos Munuera y sus ayudantes en la sala del videoarbitraje. El contacto fue clarísimo y se pasó del posible 0-1 al 1-0 en la continuación de la jugada obra de Kylian Mbappé.
El Madrid parecía encarrilar la eliminatoria con el posterior 2-0 de Vinicius, pero el Celta logró igualar la contienda en la recta final del partido para poner el 2-2 en el marcador. El encuentro llegó a la prórroga y el escándalo continuó.
Manos del central
Todavía con el 2-2, en el minuto 104 hubo otra acción para ponerse las manos en la cabeza. Rüdiger cortó un balón con las manos que iba hacia portería en otro penalti que podia señalarse. Más allá de si se puede interpretar que el balón viene de un compañero, Tchouaméni, el escándalo radica en que no hubo repetición televisiva con las imágenes del VAR y la duda queda en el aire.
Munera se escudó en el VAR para señalar un supuesto fuera de juego de Bamba en el inicio de la jugada que ya invalidaba las posteriores manos de Rüdiger. El fuera de juego semiautomático no funcionó o no lo quisieron mostrar. La polémica está servida.
Faltó la repetición con los muñecos en tres dimensiones mostrando el ‘off side’. No hubo transparencia o realmente se cometió un error en el visionado de la jugada. Al árbitro solo le puede salvar un fallo tecnológico.
Larga espera
Las capturas de imágenes posteriores demostraban que Bamba no estaba adelantado, por lo que el Celta debería tener la ocasión de lanzar el penalti para ponerse con 2-3 por delante en el marcador. El cuadro vigués empató con un tanto de Marcos Alonso en el único penalti pitado por una falta de Asencio en el interior del área y forzó el tiempo extra.
Las manos de Rüdiger fueron el minuto 104 y, tras una larga espera, en la que Rüdiger trataba de justificar su penalti alegando que estaba en posición natural, Munuera decretó que el juego continuara. Por ahora, no hay imágenes del VAR ni los audios de la jugada.
La indignación entre el celtismo es comprensible ya que se quedarán sin una competición muy atractiva en la que habrían dado el golpe en caso de cargarse al Real Madrid en su casa en los cuartos de final.