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Olmo resuelve la papeleta y Ferran la remata
Fue un gran gol de Dani Olmo. Tan bonito como valioso para evitar un oprobio el primer día de la defensa del liderato. El Atlético se había paseado en Mestalla (0-3) y el Barça, desplazado unos minutos de la cabeza, no podía permitirse un signo de debilidad frente a un rival por el título de Liga y de la Copa, con…
Fue un gran gol de Dani Olmo. Tan bonito como valioso para evitar un oprobio el primer día de la defensa del liderato. El Atlético se había paseado en Mestalla (0-3) y el Barça, desplazado unos minutos de la cabeza, no podía permitirse un signo de debilidad frente a un rival por el título de Liga y de la Copa, con la semifinal en juego a partir del martes.
Olmo recogió un maravilloso pase de Lamine Yamal en una de las pocas veces que pudo tenerse en pie, cosido a golpes y agarrones desde el primer minuto, se dio la media vuelta, se cambió el balón de pie, y con una frialdad poco común en el área, envió al balón a un rincón inalcanzable para Jasper Cillessen. Ferran le fusiló con idéntica violencia para sentenciar el duelo en el tiempo añadido.
Al Barça le habían volado tres puntos ante el Las Palmas, y no podía ceder ninguno más cuando el campeonato se adentra en la fase crucial. El cuadro canario se le atragantó al Barça en Montjuïc, aguando el partido del 125º aniversario, pero en el Insular no ha vencido a los azulgranas desde la prehistoria de 1986.
Un susto y cuatro faltas
El gol de Olmo no culminó el trabajo porque el Barça se llevó un susto por un posible penalti por mano de Eric Garcia que fue anulado por un triple fuera de juego de tres jugadores locales, amén de una mano de Suárez. Una jugada meridianamente clara que fue examinada por el árbitro y el VAR. Frenkie de Jong, que estaba preparado para entrar al campo, fue amonestado por el árbitro cuando se acercaba a la pantalla.

Dani Olmo celebra el 0-1. / Valentí Enrich / SPO
A Lamine Yamal, que ha marcado goles en las cuatro competiciones, como sus colegas de la delantera, se le achaca que en la Liga no aporte desde el Bernabéu, allá por la prehistoria de octubre. El Barça echa de menos ese déficit en otro partido, el tercero de los últimos cuatro, resuelto por la mínima. A Lewandowski le sustituyó Olmo en el papel de salvador. Lamine Yamal dio un pase genial, de oro. Bastó.
El Barça solo cometió una falta en el primer tiempo (más tres en el segundo), dato que arroja dos lecturas, según la interpretación que se elija: la vertiente positiva para corroborar la buena colocación de sus jugadores o la visión negativa que denunciaría su escaso espíritu luchador. El problema no radicó en la fase defensiva. Szczesny sólo tuvo que lanzarse al suelo una vez por un tiro de Sandro.
Cambio decisivo
El drama fue que Cillessen tampoco fue exigido como debería haberlo hecho el líder frente a un adversario emparentado con el descenso, sumido en una racha de seis derrotas y un empate. No hubo ideas claras en un Barça refrescado con la entrada de Eric atrás (por Iñigo) y las de Casadó y Fermín por De Jong y Gavi.
El balón no rodaba fino, entre el mal estado que desprendía del césped y la calidad de las combinaciones azulgranas. Fermín y Casadó fueron excelentes recuperadores, pero malos pasadores. Flick reparó parcialmente el problema dando entrada a Olmo por Fermín, señalando claramente que el problema estaba en la resolución del juego dentro de la parcela canaria.

Marc Casadó se lleva el balón ante Sandro Ramírez. / QUIQUE CURBELO / EFE
El duelo de la trompada
Al cabo del cuarto de hora, quedó confirmada la pertinencia del relevo. Fermín es bueno llegando al área, pero Olmo es muy bueno esperando el balón en el área. Además de ejercer estupendamente de interior en el Barça, donde prácticamente solo tiene que correr la mitad.
Igual que en la ida, el Las Palmas supo desactivar al Barça por su buena organización y por el rigor en los duelos, hubiera o no balón en juego, llevando el guion a la trompada, a la guerrilla constante. El mismo árbitro de la ida repitió en la vuelta, y mantuvo los ojos cerrados y volvió a dejarse el reloj en el vestuario, igual que en Montjuïc. Ya dijo Flick que los malos resultados no se justifican en los malos árbitros. Ni la ausencia de los recogepelotas en una vergonzosa decisión del club canario. Reaparecieron los chavalitos con el gol de Olmo y multitud de balones preparados para reanudar el juego.

Manu Fuster intenta centrar ante la oposición de Raphinha. / Angel Medina G. / EFE