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Muere Joaquín Ramos Marcos, el pionero de los ‘árbitros mediáticos’

Se le recordará como árbitro. Y se le recordará, al mismo tiempo, como un pionero. A los 78 años, ha muerto Joaquín Ramos Marcos, colegiado salmantino, que estuvo 14 años dirigiendo partidos de Primera División, además de ser el juez de tres finales de la Copa del Rey. Pero fue, sin embargo, su contagioso impacto -esas sonoras carcajadas que soltaba se…

Santo Domingo - Publicado hace

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Se le recordará como árbitro. Y se le recordará, al mismo tiempo, como un pionero. A los 78 años, ha muerto Joaquín Ramos Marcos, colegiado salmantino, que estuvo 14 años dirigiendo partidos de Primera División, además de ser el juez de tres finales de la Copa del Rey. Pero fue, sin embargo, su contagioso impacto -esas sonoras carcajadas que soltaba se colaron en la memoria de los aficionados- lo que le hacía un árbitro mediático cuando no existían ese tipo de figuras. 

Él entró en el hogar de millones de seguidores gracias a su presencia en las pantallas de televisión con su novedosa aparición en ‘El Día Después’ de Canal +, programa icónico que impactó en generaciones de aficionados, además de colaborar también en ‘Carrusel Deportivo’ de la Cadena SER, en ‘El Tercer Tiempo’, en ‘Punto Pelota’ y más recientemente en ‘El Chiringuito de Jugones’ de Mega.

Comenzó siendo un jugador frustrado -llegó a militar en las categorías inferiores de la histórica UD Salamanca hasta que una lesión detuvo su progresión-, quien pronto encontró su espacio en el mundo del fútbol vestido de riguroso negro y con un bigote inconfundible. Casi tres lustros en la elite del arbitraje español, recibió el premio Guruceta en dos ocasiones como mejor colegiado de la Liga- le permitieron acumular aprendizajes de todo tipo que luego compartió con un tono didáctico en los diferentes medios de comunicación.

Una estrella televisiva

De ahí su carácter de pionero porque abrió puertas que parecían prohibidas para los colegiados. Se sentó en los platós de televisión o en los estudios de radio para intentar humanizar esa figura tan discutida y polémica. Lo hacía Ramos Marcos. “Es un salmantino universal que con su esfuerzo, trabajo y carácter consiguió, por méritos propios, ser un referente del arbitraje en España y en Europa. Una pérdida muy triste DEP”, ha tuiteado en X (antes Twitter) Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de la Junta de Castilla y León. Un mensaje que revela la penetración futbolística, social y, por supuesto, mediática del colegiado.

Se hizo visible en el campo. Pero se hizo, sobre todo, más visible en las pantallas donde su lenguaje sencillo y directo intentaba descodificar las polémicas jugadas que sostienen la industria del fútbol. Y encienden, además, a millones de pasiones. Su carrera como colegiado de elite fue longeva llegando a pitar partidos de la vieja Copa de Europa o de la Copa de la UEFA además de esa doble distinción con el premio Guruceta (1989 y 1990).

Pero más espectacular resultó luego su presencia en el universo mediático español sin despegarse en ningún momento de ese denso bigote negro que presidía su rostro, acompañado por aquellas largas gabardinas. De pronto, era uno más en el salón de las casas proyectando el fútbol desde una mirada inédita. En esa época, finales de los 70 y década de los 80, el fútbol solo se veía a través de los ojos de los fútbolistas y de los entrenadores. Llegó Ramos Marcos y colocó la mirada y la voz de un árbitro en el centro del paisaje periodístico.

Como ha escrito el exjugador y exentrenador burgalés Miguel Ángel Portugal en X se ha ido “un buen árbitro con alma de futbolista, conversador y entendedor del juego. De lo mejor que vi”. 

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