Las nuevas autoridades de Siria desmantelan el gran narconegocio del Captagon que levantó Bashar el Asad
Ha sido una constante en el último mes: miembrlos de Hayat Tahrir al Sham (HTS), la milicia islamista radical que derrocó al huido presidente sirio, Bashar el Asad, descubren nuevos laboratorios, nuevos silos. Algunos, escondidos en edificios aparentemente normales, en las afueras industriales de Damasco o en la región de Latakia, en la costa mediterránea siria.Seguir leyendo….
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Ha sido una constante en el último mes: miembrlos de Hayat Tahrir al Sham (HTS), la milicia islamista radical que derrocó al huido presidente sirio, Bashar el Asad, descubren nuevos laboratorios, nuevos silos. Algunos, escondidos en edificios aparentemente normales, en las afueras industriales de Damasco o en la región de Latakia, en la costa mediterránea siria.
Otros, en lugares más señalados: en casas de primos y familiares de Asad e, incluso, en el sótano de la mansión del expresidente sirio en su pueblo de procedencia, Qardahah. Todos ellos están repletos de lo mismo, escondido de formas y en envoltorios distintos. Se trata del Captagon, una droga que, aunque inventada en Alemania en la década de los 60, ha sido la gran máquina de ganar dinero del régimen sirio en los últimos años.
Según varios estudios e investigaciones internacionales, cerca del 80% de esta anfetamina sintética procedía de la Siria de los Asad, y su destino mayoritario eran otros países de Oriente Próximo, sobre todo los países del Golfo. El Captagon —o fenitilina, su nombre químico— es consumido como una pastilla, y fue prohibido en gran parte del mundo en la década de los 80 por sus graves efectos secundarios y su capacidad de crear adicción.