El Mundo
Las aduanas de Melilla y Ceuta empiezan a funcionar con cuentagotas
La aduana de Melilla dio por finalizado el cierre el pasado 15 de enero, cuando un camión logró cruzar a Nador cargado con electrodomésticos. Hacía seis años y medio que ningún vehículo pasaba mercancías por esta frontera. Esta reapertura ha sido puntual porque fue el primer y, de momento, el último camión que ha logrado cruzar. En el caso de Ceuta,…


La aduana de Melilla dio por finalizado el cierre el pasado 15 de enero, cuando un camión logró cruzar a Nador cargado con electrodomésticos. Hacía seis años y medio que ningún vehículo pasaba mercancías por esta frontera. Esta reapertura ha sido puntual porque fue el primer y, de momento, el último camión que ha logrado cruzar. En el caso de Ceuta, ha habido dos intentos, pero ambos han sido rechazados por las autoridades marroquíes. Los empresarios y autoridades de las dos ciudades autónomas explican que no tienen ninguna información sobre el funcionamiento de estas dos oficinas aduaneras ni conocen las condiciones pactadas entre España y Marruecos.
“Fue a través de un cliente que nos pidió si podíamos realizar la exportación, lo tramitamos y funcionó”, explica Juan Francisco Pérez Quiles, propietario de la Agencia Aduanera Quiles. Fue su empresa quien gestionó el único paso de mercancías por Melilla, aunque lo logró al segundo intento. Una semana antes, las autoridades marroquíes le echaron atrás el camión alegando “problemas técnicos”. Explica que tiene, como mínimo, cinco clientes más interesados en exportar mercancías a Marruecos. Cuenta que, de momento, no lo va a volver a intentar, como mínimo hasta que tenga más información. Relata que la situación es “incierta”, porque nadie les ha explicado qué mercancías pueden pasar.
Su empresa, fundada por su tatarabuelo, lleva cien años trabajando en la frontera que une la ciudad autónoma con Marruecos. Recuerda que antes de que Rabat decidiera cerrar la aduana en 2018 podían circular unos diez vehículos cada día en un sentido u otro sin restricciones. “A nosotros nadie nos ha dicho nada, no tenemos ningún tipo de información oficial sobre el funcionamiento de la aduana”, explica Enrique Alcoba, presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla. Una frase que no solo repiten desde el sector empresarial, sino también desde la política. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha manifestado recientemente que lo que hay actualmente “no es una aduana” y criticó que no existe una “seguridad jurídica para las empresas que la quieren utilizar”.
Tres años desde el anuncio
A la decisión de Marruecos de clausurar la aduana de Melilla unilateramente, se le sumó el cierre total de la frontera por la pandemia en 2020 y la crisis diplomática entre Rabat y Madrid un año más tarde. Todo se empezó a desbloquear después de que Pedro Sánchez apoyara el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Tras visitar Rabat en abril de 2022, Sánchez y Mohamed VI pactaron una nueva hoja de ruta en la que, entre otros acuerdos, se abogaba por “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero”. Además de reabrir la aduana de Melilla, decidieron abrir una en Ceuta, ya que en el pasado no existía.
A partir de ese momento se realizaron varias pruebas piloto, pero la fecha de apertura se ha ido posponiendo. El responsable de la diplomacia marroquí, Naser Bourita, manifestó a finales de 2023, que este retraso “no es un problema de compromisos o político” y dijo que se debía a un “problema de implementación técnica”, un argumento también usado por la diplomacia española cada vez que se le pregunta por el tema. Hace casi un año, en la última visita de Sánchez a Rabat, el presidente del Gobierno manifestó que “por parte española está todo listo”.
Tras el paso del camión entre Melilla y Marruecos, a mediados de enero, las autoridades españolas dieron por reabierta la aduana y el ministro de Exteriores, Jose Manuel Albares, lo consideró un “hito de relevancia de cara a la apertura total”, aunque según señaló, todavía quedaban “problemas técnicos” por resolver. Un argumento que también ha dado la Delegación de Gobierno de Ceuta, que no ha querido dar ninguna fecha para la apertura. En Marruecos, el silencio es total y el ministerio de Exteriores no ha respondido a ninguna de las demandas de información sobre el tema.
Pendientes de Madrid y Rabat
A estos contratiempos se suman también las críticas y reproches. El presidente melillense, además de lamentar la poca información del Gobierno español, apunta a Rabat: “Marruecos está a gusto si Ceuta y Melilla están ahogadas económicamente”, dijo en una entrevista reciente en RNE, para añadir: “Marruecos no quiere que la aduana comercial se reabra”.
El presidente de Ceuta, Juan Vivas, explicó tras una reunión con Albares el pasado jueves que el ministro “me ha confirmado que la aduana se va a abrir y que se hará de manera gradual con el horizonte puesto en una aduana comercial normal”, en declaraciones a RTV Ceuta.
Una de las grandes demandas desde las dos ciudades autónomas es conocer la letra pequeña de la reapertura, ya que han circulado informaciones que indican que se limitarían el tipo de productos y los vehiculos que pueden cruzar de un país a otro, como mínimo en una primera fase. Una información que el Gobierno español no ha detallado, pero que en caso de restricciones, desde Ceuta y Melilla no entenderían.
“No le podríamos llamar aduana comercial, habrá que buscar otro nombre”, responde Alcoba, de la Confederación de Empresarios de Melilla, al preguntarle por posibles limitaciones. Pérez, de la agencia Quiles, explica que si no pueden circular varios camiones “no saldría a cuenta” desde el punto de vista empresarial.
Suscríbete para seguir leyendo