El Mundo
La verdad sobre la Rusia de Putin
Quien ha sido corresponsal de este diario en Moscú durante más de una década, Marc Marginedas, acaba de publicar un libro desgarrador sobre la naturaleza del régimen que encabeza Vladímir Putin. Tras un lustro de investigaciones, Marginedas ha decidido titular su libro Rusia contra el mundo. No es un exabrupto, refleja algunos de los rasgos más característicos del líder ruso: su…

Vladimir Putin / Gavriil Grigorov / Kremlin Pool / Contacto / Europa Press
Quien ha sido corresponsal de este diario en Moscú durante más de una década, Marc Marginedas, acaba de publicar un libro desgarrador sobre la naturaleza del régimen que encabeza Vladímir Putin. Tras un lustro de investigaciones, Marginedas ha decidido titular su libro Rusia contra el mundo. No es un exabrupto, refleja algunos de los rasgos más característicos del líder ruso: su convicción de que Rusia no solo es el país más grande del mundo, sino el que mejor puede resistir frente a la supuesta decadencia de Occidente. Esta soberbia, azuzada por la pérdida de territorio que supuso el fin de la Unión Soviética, ha conducido a Rusia al aislamiento y a las sanciones por la invasión de Ucrania, pero Putin ha resistido con mano de hierro. Ha obrado como Atanasio de Alejandría, aquel obispo del siglo IV que defendió contra viento y marea la ortodoxia cristológica sosteniendo que «si el mundo va contra la verdad, Atanasio va contra el mundo». Así es el Vladímir Putin que emerge de esta larga investigación, con la diferencia de que sus armas no son los decretos conciliares con los que los primeros cristianos dirimían sus cuitas, sino las armas. Las tradicionales, que han provocado muerte y destrucción en Ucrania, Siria, Chechenia y otros lugares, y las híbridas, de naturaleza terrorista, con las que amenaza la seguridad de la Unión Europea.
El libro aparece cuando Donald Trump parece empeñado en relativizar la represión que Putin ha ejercido contra la oposición y la vulneración de la soberanía que ha supuesto la invasión de Ucrania. El presidente de Francia y el primer ministro británico viajarán a Washington la próxima semana para intentar convencerle de su equivocación. Es probable que coincidan con las conclusiones de Marginedas cuando le trasladen su visión de los orígenes de Putin y de su talante agresivo hacia Europa. No es seguro que se salgan con la suya, ya que Trump ha insistido en sus buenas relaciones con un hombre que llegó al poder envuelto en oscuras complicidades con los actos terroristas que sembraron una profunda inquietud en la sociedad rusa de principios de los años 90 y justificaron el empleo de la represión y los inicios de un nacionalismo agresivo.
El nuevo orden internacional que persigue la nueva administración norteamericana no puede hacerse sin Rusia, un país con una riqueza y una creatividad extraordinarias, que ha resultado empobrecido y estigmatizado por el uso arbitrario del poder dentro y fuera de sus fronteras. Pretender acorralar a una de las principales potencias nucleares sería un error. No obstante, lo sería también prescindir de la naturaleza de cleptocracia dispuesta a intervenir en medio mundo del régimen que la gobierna, sin respeto por el derecho internacional. Coincidiendo con la publicación del libro de Marginedas, la BBC ha publicado un detallado informe sobre la guerra híbrida que Rusia está librando en el fondo de los mares, para destruir los cables submarinos. Al mismo tiempo, el New York Post, uno de los diarios conservadores más importantes de Estados Unidos, le recordaba esta semana a Trump que Putin sí que es un dictador. No quiere decir que no se pueda y no se deba negociar con él el fin de la guerra de Ucrania. Pero sin olvidar quién está al otro lado de la mesa.