La pancarta, por Sergi Mas

Ocurrió el pasado sábado. Una pancarta que reflejaba el rostro del colegiado Del Cerro Grande, con una diana apuntándole la cara.

La aparición de esta pancarta me resultó impropia de la madurez, el sentido común y el respeto que nos hemos ganado en 88 temporadas en Primera División (siendo el séptimo equipo en la clasificación histórica de la categoría) y 6 en Segunda. Apostar por la violencia no es el camino. 

El club emitió una nota, para mí de manera acertada, lamentando y condenando cualquier tipo de violencia que pueda generarse desde algún grupo que lleve los colores del RCD Espanyol. Evidentemente no se puede controlar todo lo que se comunica desde el exterior, pero cuando se comunica algo, aunque sea desde una pancarta, se espera una respuesta. Y ésta sólo puede ser negativa por el colectivo a quien va dirigido, además de vengativa. 

Todavía tengo algún amiguete en el colectivo de los trencillas que me asegura que la pancartita no ha sentado nada bien. Preparémonos. Esta Liga se acaba con un apasionante Espanyol-Las Palmas que jugaremos en casa. Ojo cuidao. 

Si al colectivo arbitral le da la gana nos pueden descender. Así de claro. Ya lo hicieron hace dos años y lo pueden volver a hacer ahora amparándose en juicios deportivos, aunque sepamos -ellos también- que en el fondo no es así. Seamos hábiles y juguemos la partida con inteligencia e ironía. 

Espero y deseo que el Comité de Árbitros que con razón tan indignado está con esta pancarta tenga en cuenta la molestia y el posicionamiento del club con la misma, así como alguna humilde aportación como este artículo, pero también debe reflexionar sobre algunas decisiones que claramente han traspasado la justicia deportiva y se han transformado en «vendettas» personales. Ese tampoco es el camino, porque después van pidiendo un respeto que debe ser bidireccional. 

Real Club Deportivo Espanyol: desde 1900, respeto, dignidad y orgullo. Aunque sobra la diana que apunte a una cabeza. Pero insisto: respeto.