La crónica del Getafe-Girona: Yangel Herrera firma un triunfo de enorme valor
En un fogonazo se llevó el Girona un triunfo que le vale una fortuna. En un partido donde el fútbol no tuvo razón de ser emergió la clarividencia de Blind para inventarse un pase sensacional al que la delicada pierna izquierda de Bryan Gil le dio después un carácter decisivo. Controló y centró, enviando el balón a la cabeza de Yangel…
En un fogonazo se llevó el Girona un triunfo que le vale una fortuna. En un partido donde el fútbol no tuvo razón de ser emergió la clarividencia de Blind para inventarse un pase sensacional al que la delicada pierna izquierda de Bryan Gil le dio después un carácter decisivo. Controló y centró, enviando el balón a la cabeza de Yangel Herrera para liquidar una desagradable tarde con una victoria que le proporciona calma y, sobre todo, tiempo.
Tiempo para que vuelva su juego y tiempo, además, para que regresen los lesionados. Ahora mira ya hacia arriba, cerca de las posiciones europeas, feliz porque en la cabeza de Yangel encontró el premio a ese agónico ejercicio de resistencia que vivió en Getafe. ¿El fútbol? Mejor, ni preguntar. Entre la cabeza de Yangel y el decisivo pie izquierdo de Gazzaniga en la segunda mitad se resume un triunfo reparador.
Tan solo eran cinco minutos. Apenas cinco. Pero más que suficientes para que Míchel desde la banda alzara con energía sus brazos, instando a su equipo a que conquistara la pelota. Nada más iniciarse el partido se la había arrebatado el Getafe. Y así ocurrió en la primera mitad hasta el decisivo cabezazo de Yangel.
De ahí el enojo del técnico del Girona porque veía que el encuentro ya se jugaba a lo qué quería su rival. Era un arranque tímido, plano y hasta frío porque no lograba ni pasar del medio campo, incapaz de sortear la trabajada presión del conjunto madrileño. Y el enfado de Míchel iba en aumento a medida que pasaban los minutos porque su equipo no tenía la pelota. Ni la personalidad para robarla. Y tenerla.