El Mundo
Groenlandia no es Luisiana: ni se cede ni se vende
Vista en pleno siglo XXI, la propuesta de Donald Trump de comprar Groenlandia puede parecer otra de las excentricidades y delirios del hombre que este lunes se convertirá en presidente de Estados Unidos, quien sin embargo ha echado una mirada a la historia para comprobar como en otras épocas, en el siglo XIX, el país creció mediante la compra de territorios que…

Vista en pleno siglo XXI, la propuesta de Donald Trump de comprar Groenlandia puede parecer otra de las excentricidades y delirios del hombre que este lunes se convertirá en presidente de Estados Unidos, quien sin embargo ha echado una mirada a la historia para comprobar como en otras épocas, en el siglo XIX, el país creció mediante la compra de territorios que estaban en manos de potencias europeas, por sumas irrisorias.
La primera y mayor adquisición territorial del país fue la compra de Luisiana en 1803 por 10 millones de dólares. Y ya en el siglo XX, la propia Dinamarca vendió a Estados Unidos las Islas Vírgenes. Trump no es además el primero en plantear la compra de Groenlandia. En 1867, fue el entonces presidente Andrew Johnson quien consideró esa operación, idea que en 1946 retomó Harry Truman.
Sin embargo con el derecho internacional en la mano, transferir la soberanía de un país a cambio de un cheque es imposible ahora. «Inconcebible», asegura el catedrático en Derecho Internacional de la Universitat de Barcelona (UB), Xavier Pons, que subraya que Dinamarca tampoco podría ceder a Estados Unidos Groenlandia. «Existe el derecho de los habitantes de un territorio, sin la opinión de los cuales no se puede transferir, con o sin cheque, la soberanía de un territorio» subraya Pons. Otra cosa son los litigios fronterizos entre países, la retrocesión de territorios -como la del Ifni de España a Marruecos en 1969- o los arreglos territoriales fruto de una negociación tras una guerra, por ejemplo.
«Los habitantes no se pueden ceder ni vender sin que estos digan esta boca es mía», afirma Pons explicando que la única forma de que Estados Unidos obtuviera la soberanía sobre Groenlandia – sin el uso de la fuerza- sería mediante la convocatoria de un referéndum de independencia en la isla, que saliera sí y que sus habitantes decidieran entonces asociarse a Estados Unidos.
A continuación se repasan las compras de territorio más relevantes realizadas por Estados Unidos a lo largo de la historia.
LUISIANA: 15 MILLONES DE DÓLARES
Para financiar sus guerras, Napoleón Bonaparte vendió la Luisiana francesa a Estados Unidos en 1803, por 15 millones de dólares. Fueron un total de 2.144.476 kilómetros cuadrados que casi duplicaron el tamaño de los EEUU de entonces.

Mapa de la Luisiana adqurida por EEUU a Francia / WIKIMEDIA COMMONS
La vasta extensión objeto del tratado comprendía los territorios de los actuales estados de Arkansas, Misuri, Iowa, Oklahoma, Kansas, Nebraska, Minnesota al sur del río Misisipi, buena parte de Dakota del Norte y casi toda Dakota del sur, parte de Nuevo México, de Tejas y de Montana, Wyoming, Colorado y Luisiana, además de parte de las provincias canadienses actuales de Alberta y Saskatchewan. Apenas vivían allí entonces 50.000 personas, con Nueva Orleans como principal núcleo. Hoy ese territorio representa el 23% de la superficie actual de EEUU.
La operación se cerró mediante un Tratado de cesión del 30 de abril de 1803 que dio a Estados Unidos el control de la navegación por el río Misisipí y no estuvo exenta de polémica, generando dudas sobre su constitucionalidad porque España discutía los límites territoriales de Luisiana. La Cámara de Representantes aprobó la compra por un margen muy estrecho.
FLORIDA: 5 MILLONES DE DÓLARES
Después de Luisiana, el 22 de febrero de 1819, mediante el «Tratado de Adams-Onis», – por Luis de Onís, quien representó al rey Fernando VII y John Quincy Adams como representante estadounidense- Estados Unidos compró Florida a España por 5 millones de dólares, que nunca se pagaron. El tratado consta de 16 artículos y el precio de la venta de las entonces conocidas como Florida oriental y Florida occidental se estipulaba en el artículo 11.

La división entre EEUU y España tras la venta de Florida (en verde claro) / WIKIPEDIA
Con este dinero, el rey Fernando VII pretendía reparar la maltrecha economía española tras la guerra de independencia. El tratado también sirvió para fijar la frontera entre la nación norteamericana y el entonces virreinato de la Nueva España. A través de ese acuerdo, la Corona Española renunciaba a Oregón y quedaba como única soberana de Texas, territorio que Estados Unidos reclamaba como parte de Luisiana. Una gran mayoría de la población española de Florida emigró entonces a Cuba.
ALASKA: 7,2 MILLONES DE DÓLARES
La última gran compra de territorio de Estados Unidos fue Alaska a Rusia, en 1867, con la que sumó millón y medio más de kilómetros cuadrados. Hoy, la que fue colonia del imperio ruso dedicada al comercio de pieles de foca y nutria, es el estado más extenso de Estados Unidos.
La Rusia de los zares se encontraba en una complicada situación financiera, y temía perder Alaska, muy difícil de defender, a manos de los británicos, la gran potencia mundial entonces. Fue adquirida por 7,2 millones de dólares, en una operación que fue recibida con algunas críticas en la prensa estadounidense, que se refirió a Alaska como «el jardín de osos polares de Johnson». Nadie aventuró entonces que la compra iba a ser un gran negocio.

El cheque con el el que EEUU compró Alaska a Rusia / WIKIMEDIA COMMONS
En total residían unas 50.000 personas en el territorio, un 80% de ellas inuits. Entonces no se sabía, pero ese inmenso pedazo de tierra era una gran reserva de recursos naturales: oro (descubierto dos décadas después) y petróleo (descubierto a mediados de siglo XX). Con menos de un millón habitantes, Alaska es hoy una poderosa economía, con un PIB de 44.000 millones de dólares anuales. Sus habitantes reciben cada año un pago que ronda los 3.000 dólares al año, procedente del fondo de inversión del estado, alimentado con el dinero de la riqueza generada por el petróleo
ISLAS VÍRGENES:25 MILLONES DE DÓLARES
Donald Trump no es el primer presidente que intenta comprar Groenlandia. Lo probó en 1867 Andrew Johnson y tras la segunda guerra mundial Harry Truman, que ofreció a Copenhague 100 millones de dólares en lingotes de oro. Ninguna operación fructificó. Dinamarca siempre se negó a ceder Groenlandia y lo máximo que logró Washington, en 1951, en plena guerra fría con la Unión Soviética, fue establecer allí una base aérea llamada John Thule, convertida hoy en la Base Espacial Pittuflik.

El arhchipiélago formado por las Islas Vírgenes / WIKIPEDIA
Pero en cambio Dinamarca sí vendió otros territorios a Estados Unidos. En 1917, en plena primera guerra mundial, le vendió por 25 millones de dólares las Indias Occidentales Danesas, que pasaron a llamarse Islas Vírgenes de Estados Unidos. El objetivo era garantizr el control norteamericano en el Caribe.
Las islas compradas fueron Saint Thomas, Saint John y Saint Croix y desde entonces han estado bajo soberanía de Washington, como «territorio no incoporado». Sus habitantes tienen la ciudadanía estadounidense pero no pueden votar en las elecciones presidenciales. Eligen a su propio gobernador.
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