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Frustración barcelonista tras el empate del Atlético: “Hay que ser más inteligentes”
¿Podría haber sido el mejor partido de la temporada? Posiblemente. ¿Podría haberlo sido del Barça? Casi, de no haber sido por los primeros y los últimos cinco minutos. Por en medio se vio un equipo azulgrana trepidante y solidario, con un espíritu formidable y muy encantador. ¿Qué aficionado no firmaría siempre un tropiezo en casa jugando así? Un espectáculo divertidísimo el…
¿Podría haber sido el mejor partido de la temporada? Posiblemente. ¿Podría haberlo sido del Barça? Casi, de no haber sido por los primeros y los últimos cinco minutos. Por en medio se vio un equipo azulgrana trepidante y solidario, con un espíritu formidable y muy encantador. ¿Qué aficionado no firmaría siempre un tropiezo en casa jugando así? Un espectáculo divertidísimo el que desplegaron los jugadores de Hansi Flick ante el siempre rocoso equipo de Simeone, al que hay que hundir muy al fondo para darle por ahogado.

Hansi Flick ayuda a recolocar las protecciones de la cámara de televisión movidas por el viento durante el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. / JORDI COTRINA / EPC
El Barça demostró una encomiable fortaleza mental para sobreponerse a los dos sopapos del Atlético. Con lo fácil que habría sido desmoronarse. Todos los jugadores se pusieron el dedo en la cabeza, se reclamaron calma y tranquilidad. Y de esa gestualidad emergió una actitud voraz, con un fútbol autoritario, con un sentido de la colocación y de la recuperación inmejorables. El Atlético quedó estrangulado en su campo. Y los goles para remendar el marcador fueron cayendo antes de llegarse al descanso. La primera mitad fue fastuosa, pletórica y emocionante.
Con el volumen de juego que el Barça creó, sobre todo de parte de un Lamine Yamal deslumbrante, sorprendió que dos de los cuatro goles procedieran de lanzamientos directos de córner. Dos asistencias más a la cuenta de Raphinha y ya son 18 este año. Ojo a la cifra. Ambas a los dos centrales.
Pau Cubarsí, que no marcaba un gol desde el 2021, pareció no saber cómo celebrar. Menudo empujón le dio Lamine para felicitarle. “Marcar mi primer gol ha sido una alegría inmensa y he dado un beso al escudo, que es lo que más quiero”, dijo Cubarsí tras el partido con su suave habla habitual.
Mal sabor de boca
El extremo de Rocafonda se llevó muchos parabienes, pero los merecieron todos los demás. O casi todos. Pedri volvió a ser un jefazo en el centro del campo. Cubarsí e Iñigo cortaron, corrigieron y ayudaron a la distribución. Y Frenkie de Jong jugó su mejor partido en mucho tiempo y constató que le lleva unas cuantas cabezas de ventaja a Marc Casadó.
Fue un Barça coordinado y creativo y que, desorientación inicial al margen, solo flaqueó en el tramo final del encuentro, cuando los cambios de Flick, que siempre ayudan, parecieron romper el orden y la fluidez del conjunto.
“Me queda un sabor de boca malo”, comentó Pedri. “Ya nos pasó en la liga, que nos pusimos por delante y nos remontaron. Hay que ser más inteligentes y hay que ser más listos con el balón, con posesiones más largas. Nos precipitamos en varios acciones. Y sin balón debemos presionar mejor. Hay que analizar lo que hicimos mal para que no vuelva a suceder”.
“Estamos cabreados”
Cubarsí apuntaló esa interpretación. “Estamos cabreados por los últimos 10 minutos, no hemos estado al nivel y nos merecemos el castigo del empate”, señaló sumamente contrariado.
Pedri también celebró la capacidad de remontar el fulgurante 0-2 . “Hemos hecho un gran partido durante 70 minutos y cuando jugamos así somos imparables”.
Más o menos en la línea de Flick, contento por la confianza del equipo para levantarse tras el 0-2 pero frustrado por el empate del final. “Estamos muy decepcionados con el resultado, pero el partido que hemos jugado hoy ha estado muy bien”, remarcó.