Ferran Olivé, tesorero del Barça: «Limak tiene más solvencia técnica que todas las constructoras españolas»
Que se licenciara en Medicina y se especializara en Psiquiatría dice que fue un «accidente», porque lo que a él le motivaban eran las Ciencias Exactas. Reclutado por Joan Laporta para que fuera el tesorero del Fútbol Club Barcelona en uno de los momentos más complicados de la historia de la entidad, Ferran Olivé (Barcelona, 1958) disecciona para EL PERIÓDICO el…
Que se licenciara en Medicina y se especializara en Psiquiatría dice que fue un «accidente», porque lo que a él le motivaban eran las Ciencias Exactas. Reclutado por Joan Laporta para que fuera el tesorero del Fútbol Club Barcelona en uno de los momentos más complicados de la historia de la entidad, Ferran Olivé (Barcelona, 1958) disecciona para EL PERIÓDICO el momento económico de la institución azulgrana antes de la asamblea de compromisarios del próximo domingo.
Licenciado en Medicina por la Universitat Autònoma de Barcelona y tesorero del FC Barcelona, dos mundos completamente opuesto. ¿Cómo ha acabado aquí, además ejerciendo un cargo no remunerado?
Son casualidades de la vida. Realmente a mí lo que más me gusta es la parte económica. Que yo haya sido médico y psiquiatra es un auténtico accidente. Hice el bachillerato en Córdoba y mi voluntad era estudiar Ciencias Exactas, pero un compañero mío, cuando terminé el antiguo COU, rompió la papeleta en la que yo había pedido estudiar Ciencias Exactas en Córdoba y la cambió por la de Medicina en Barcelona. Así lo hice y eso derivó en que me especializase en Psiquiatría. Pero a mí lo que me ha gustado siempre es la parte económica. He sido el propietario de un grupo hospitalario [Hestia Alliance] en el que llevaba la gestión. Lo vendí hace un par de años.
Y ahora, más allá del Barça, ¿qué hace?
Estoy de consejero en varios fondos de capital riesgo, asesoro a empresas en el ramo sanitario y soy presidente de dos fundaciones, una tutelar de enfermos psiquiátricos y una de niños autistas.
«Cuando empezamos con esto no fue nada fácil. Había 450 millones de euros en fondos propios negativos. La situación era caótica»
No debe ser fácil ser tesorero del Barça en uno de los momentos económicos más complicados de la historia del club.
No es fácil y, realmente, se trata de poner imaginación. Nosotros llegamos en marzo de 2021. Yo no iba en las listas electorales. Fue Jan [Laporta] quien me pidió que les ayudase a componer y estructurar los avales con el Banco de Sabadell en aquella época. Después me pidió que, por favor, entrase en la junta directiva y que me encargase de ser el tesorero. Cuando empezamos con esto no fue nada fácil. Había 450 millones de euros en fondos propios negativos. Recuerdo perfectamente cuando hicimos el traspaso con la comisión gestora, que me dieron los sobres que indicaban cómo estaba el club. En el primero de ellos nos decían que no había dinero para pagar las nóminas. Estábamos más allá del 20 de marzo. Quedaban nueve días para fin de mes y no podíamos liquidar las nóminas. La situación era caótica. Y nos dieron otro sobre en que nos decían: ‘Si os vendéis lo de la empresa de la ropa [BLM] y si os vendéis Barcelona Produccions [la antigua Barça Studios], son 200 millones y lo arregláis todo. Dijimos, bien, 200 millones, pero tenéis 450 de fondos propios negativos. No arreglábamos nada. Esta era la situación que nos encontramos. Sí, 450 millones de fondos propios negativos.
¿Y ahora?
Hemos bajado a unos 150-155 millones.
Igualmente sigue siendo una cifra preocupante.
Magia no se puede hacer con la economía. Mire, esto es muy sencillo. Una empresa normal con fondos negativos de 450 millones, que fue cuando la cogimos nosotros, estaría en una situación de concurso de acreedores.
¿Cómo se puede salvar esto?
Pues haciendo una ampliación de capital, que es lo que dicen los manuales de economía. El Barcelona, en aquel momento, tenía algo más de 140.000 socios. Era muy fácil que todo el mundo pusiese la cantidad que le toca, tres mil y pico, y el club solucionaba totalmente la situación económica. Nosotros lo que creímos en aquel momento, y seguimos creyendo, es que la mala gestión que se había hecho en el club quien no la tenía que pagar era el socio. Y lo que intentamos fue buscar mecanismos de compensación que pudiesen arreglar esta situación.
Ferran Olivé, durante su entrevista con EL PERIÓDICO. / MANU MITRU / EPC
Los abonos medios, por cierto, han subido alrededor del 34%. Con el regreso al Camp Nou, ¿cree que pueden aumentar todavía más?
Este es un tema que tenemos que estudiar. Tenemos que darle vueltas. Cuando nosotros llegamos aquí, los ingresos de estadio eran de 250 millones. Ahora, con el tema de estar jugando en Montjuïc, son 175 millones. Si nosotros hubiésemos tomado la decisión en aquel momento de no construir el estadio, lo hubiéramos remodelado un poco y nos hubiéramos gastado 40 millones, seguiríamos facturando los 250 millones. Probablemente, hubiésemos resuelto la situación y esto estaría arreglado. Pero esta junta directiva no quiso pensar con luces cortas, sino largas. Hubiéramos condenado al club para siempre, porque los otros equipos sí que están haciendo estadios e iban a tener fuentes de ingresos para ser más competitivos en un futuro. Era el momento de hacerlo. Piense que estos 175 millones de ahora se van a convertir, con el estadio acabado, en una cifra que oscilará entre los 375 y los 400 millones de ingresos. Eso es lo que va a permitir despegar. Si con esto somos capaces de poder tener una cuenta de resultados holgada, no será necesario subir proporcionalmente los abonos. Todo va a depender de cuántos ingresos seamos capaces de generar.
«Si no hubiéramos decidido remodelar el Camp Nou, hubiéramos condenado al club para siempre»
El club, en cualquier caso, decidió acometer la remodelación del Camp Nou. En cuanto al concurso con el que se concedió a Limak la obra, ¿qué papel tuvo Goldman Sachs en la adjudicación?
Trascendental. Aquí se presentaron ofertas de varias constructoras. La sorpresa cuando se abren los sobres es que la oferta más baja es la de Limak. En un concurso se valoran muchas cosas. Hay una parte económica, después técnica… Pero lo que era definitivo era la parte económica para la decisión, la oferta más baja. Entonces, Goldman valoró y dijo una cosa: ‘Yo no puedo plantear a mis inversores que demos una oferta de 300 o 400 millones por encima de esto. Tenemos que aceptar la oferta que sea mejor’. Y que además, como ellos valoraron, cumplía todos los requisitos para realizar la obra. Piense que el responsable de los inversores es Goldman. O sea, quien ha traído a los inversores es Goldman y quien tiene la máxima preocupación para que este proyecto se haga en tiempo y forma es Goldman. Con lo cual fue definitivo que en aquel momento dijese: ‘Oye no, no. En la adjudicación estamos absolutamente de acuerdo que tiene que ser Limak’. Pero le tengo que decir más. Había un tema que nos preocupaba a nosotros. [El papel de] las grandes constructoras españolas respecto a una constructora turca… Y nos decían: ‘Oye, os estáis equivocando. La que tiene más valor de mercado es Limak respecto a estas’. La capacidad que ha tenido de hacer obras Limak en un mundo que no conocemos, que es el mundo más tipo Oriente, tiene mucho más valor. Y, además, Goldman los tenía como clientes también.
¿Las constructoras que no fueron escogidas en el concurso se quejaron o protestaron? ¿Hubo algún tipo de consecuencia?
Sí, sí, claro. Mire, yo le diría que nos hemos sentido maltratados en este tema. Quizá tampoco lo hemos sabido explicar bien. Nosotros, ante un concurso que se hizo con luz y taquígrafos y, sobre todo, porque estaba el inversor o el que dirige a los inversores, que es Goldman, no podía ser de otra manera. En cualquier sitio no hubiese habido ninguna crítica sobre eso. Lo que hemos tenido nosotros es la presión mediática que han hecho estas constructoras que sintieron en algún momento que no habían sido sus ofertas las valoradas. Pero es que el diferencial era muy elevado. También nos dio la sensación de que [las constructoras españolas] iban muy a una en precio respecto a Limak. Esto nos chocó. No son cosas que las puedas decir abiertamente, pero sí que veías que iban muy en línea estas constructoras y teníamos una oferta mucho mejor que era la de Limak.
¿Cómo explica el tema de los informes técnicos? ¿Cuántos informes hubo? [La Cadena Ser explicó que un informe técnico había dado a Limak la valoración más baja].
No, no, esto no son informes técnicos. En cualquier concurso, en sanidad por ejemplo, si tú quieres quedarte la gestión de un hospital, lo primero que vas a tener que hacer es enseñar tu solvencia técnica. Si tú puedes hacer una obra de 1.000 millones. Pues eso lo tienes que acreditar. Evidentemente, Limak tenía más solvencia técnica que la mayoría de las constructoras españolas, que todas. Con lo cual, este primer paquete estaba solucionado. Después ya hay cuestiones puramente técnicas, de desarrollo de obra. El tercer aspecto es la capacidad de terminar en tiempo y forma. Y el cuarto, el precio. Y tú a cada una de estas cosas le pones ya un valor previo en el concurso. Tú puede que tengas el mejor en precio, pero seas el peor en, no sé, en otra valoración que pongas. Pero todo esto ya está establecido en el baremo previo de concurso que tú sacas, y que el precio puntúa máximo y da unos puntos. Claro, tú puedes haber sido el tercero en el sobre uno, que es, no sé, el de los colores, pero eres el mejor en el sobre del precio, que ya previamente, cuando hiciste el pliego de condiciones, ya habías establecido que era lo que iba a puntuar más. Por cierto, como no podía ser de otra manera, en todos los concursos lo que suele puntuar más siempre es el factor precio. Nos llama la atención que ahora salga todo esto cuando se hizo con luz y taquígrafos. Y además se publicó y se explicó. Limak había sido el mejor en precio.
La decisión final, ¿en quién recayó?
La tomó el club con Goldman. Pero quien tomó la decisión, al final, fue Goldman.
Barcelona, 16/10/2025 Deportes. Entrevista Ferran Olivé, tesorero del FC Barcelona. AUTOR: MANU MITRU / MANU MITRU / EPC
¿Cuál es ahora mismo la salud financiera del Barça?
Creo que el FC Barcelona, ahora, tiene una situación financiera normal. Venimos de un desastre económico total, de una situación que era concursal. Hoy por hoy podemos decir que tenemos una situación ya normalizada. Es cierto, tenemos un patrimonio neto de 150 millones negativo. Y hemos cerrado este año con un resultado extraordinario negativo [17 millones en pérdidas], pero ordinario positivo [dos millones]. Dos años de resultado ordinario positivo es lo que te demuestra que una sociedad empieza a funcionar, que la empresa empieza a tener una salud financiera. Es cierto que hemos tenido este año un resultado extraordinario negativo, pero que está justificado por la sanción de la UEFA y por cosas que hemos ido arrastrando que van fuera del negocio propio del FC Barcelona.
Las pérdidas registradas son de 17 millones de euros tras impuestos. Hay quien defiende que incluso los 90 millones por los que se ha devaluado Barça Produccions deberían haberse imputado en el ejercicio recién cerrado, no en el anterior.
Déjeme que se lo explique bien. Nosotros cuando llegamos aquí, usted lo recordará, con esa situación económica crítica, había una forma de solucionarlo, que era pedir dinero al socio. No lo hicimos y optamos por vender una parte de los derechos de televisión. Vendimos el 10% y el 15%. Pedimos al socio la autorización para vender la empresa de la ropa BLM, y pedimos también la autorización para vender el 49% de una empresa de nueva creación, se llamaba Bridgeburg. La habíamos creado para desarrollar lo que era el NFT, el token y el metaverso del club.
¿Ese negocio está funcionando? ¿Qué está haciendo ahora Bridgeburg o Barça Produccions?
Es importante ir al origen. Nosotros, en aquel momento, fíjese qué nos pasó. Dijimos, hombre, hemos vendido una parte de los derechos de televisión, y cualquier canon económico lo que te hubiese dicho es que vendiéramos la parte de BLM, porque era un tangible. Pero no. Nosotros creíamos que BLM iba a dar un resultado de futuro importante para el club e iba a ser una fuente de ingresos importante. Decidimos vender entonces una parte de una compañía que habíamos creado, que en aquel momento no creaba ningún beneficio tangible, que era una cosa que acabábamos de componer de manera expresa. Pedimos una valoración de la compañía en aquel momento a una de las Big Four, y fue de alrededor de 400 millones. Recuerde que era el momento en que los tokens los NFT’s y el metaverso era el maná del cielo. Recuerde también que estuvimos a punto de tener como sponsor principal a Polkadot [plataforma de ‘blockchain’] que era la alternativa en aquel momento que estábamos barajando con Spotify. Estas compañías tenían mucho dinero para invertir. Nosotros creímos que con eso lo que no íbamos a penalizar era al club. No estábamos vendiendo ningún activo importante, y decidimos lanzar adelante este proceso. Vendimos el 49% de las acciones a grupos inversores y después este accionariado fue cambiando.
«Barça Produccions empieza ahora a facturar. Ya no se va a devaluar y funcionará en un futuro»
¿Qué ha pasado con esta compañía?
El NFT y el metaverso se ha devaluado, pero en este último año habían entrado inversores dentro de la compañía. Y en concreto un inversor, no le diré el nombre para no hacerlo complicado, nos ponía problemas con que entrasen nuevos inversores y socios comerciales. De alguna manera no nos dejaba que entrasen porque él quería salir obteniendo más beneficio por el dinero que había entrado. Nos encontramos con que la compañía la hemos tenido bloqueada durante estos ocho o nueve meses desde el pasado año, cuando teníamos ya preparadas la entrada de inversores. Esto lo hemos conseguido desbloquear ahora, y nuestros auditores lo han ido viendo. Han visto cómo hemos intentado poner en marcha una compañía después de que, entre comillas, nos lo impidiera uno de los socios. Esta situación ya la hemos resuelto y ahora ya podemos arrancar la compañía.
¿Pero ahora mismo está facturando?
Ahora empieza a facturar. Es que no hemos podido ni facturar por este problema.
Entonces, ¿ya no hay peligro de que siga devaluándose?
No, esta compañía no se va a devaluar y va a funcionar en el futuro.
Ferran Olivé, durante su entrevista con EL PERIÓDICO. / MANU MITRU / EPC
Según lo que me dice, ¿la junta directiva de Laporta ha salvado al Barça?
Sin ninguna duda. Y le voy a poner un ejemplo. Podíamos haber tomado una decisión en el año 2021: ‘Oye, el manual económico dice, en una situación económica como ésta, no te gastes dinero en hacer un estadio nuevo’. Nosotros podríamos haber dicho: ‘Vamos haciendo, vamos haciendo, vamos haciendo’. Y dentro de cuatro años, si hubiésemos pensado en política solamente, tendríamos unos resultados correctos… Pero nos hubiésemos cargado el club. Nos hubiésemos cargado el futuro. Vemos cómo el Atlético, la Real Sociedad, el Chelsea, todos los equipos están creando un producto diferente en los nuevos estadios, con unas zonas VIP que van a dar muchos más ingresos. Y nosotros estábamos fuera de esto totalmente.
«La deuda del club está en 2.500 millones de euros»
¿Cuál es la deuda bruta ahora mismo que tiene el club?
Es muy fácil de ver. El manual económico te dice que es la suma de los pasivos. Es el pasivo corriente y el no corriente. La deuda está en 2.500 millones de euros, pero incorporando ya una parte del Espai Barça. Conforme vamos haciendo obras, se activa en el pasivo como deuda, pero también en el activo como una propiedad que tú tienes ya hecha. Con lo cual, con la suma de las dos cosas estaríamos sobre los 2.500.
¿No es una cifra que les preocupe?
En absoluto. Y ahora le voy a decir por qué. Mire lo que dice la revista Forbes sobre el valor del Barça. Un equipo de fútbol no se puede valorar por lo que acabamos de decir ahora. La revista Forbes dice que el valor de compañía del FC Barcelona está en 5.600 millones. Y no lo decimos nosotros, lo dice un auditor externo. Pero fíjese en otra cosa. También dice Transfermarkt que el valor de la plantilla del FC Barcelona está en 1.100 millones. ¿Sabe en cuánto lo tenemos nosotros en el balance? En 180 millones. ¿Por qué? Porque todos nuestros jugadores vienen de la cantera. No están activados. Con lo cual, el valor que tiene esa plantilla es de 1.100. En los libros nosotros lo tenemos en 180 millones.
En cualquier caso el club no está en venta.
No, no está en venta. Pero me refiero a los valores. Lamine Yamal, en el balance, está en cero. Su valor en Transfermarkt está en 250 millones. Se lo digo porque las deudas son absolutamente relativas. Por eso, al ser un club deportivo, siempre se valora [la deuda] por los criterios de la UEFA y de LaLiga. Es muy difícil valorarlo de otra manera.
Echando la vista atrás, durante el mandato de Josep Maria Bartomeu, se le ofrecieron a Leo Messi continuas renovaciones. En el caso de Lamine Yamal, ¿cíclicamente se van a tener que hacer ampliaciones de contrato para mejorar sus condiciones viendo el estatus de estrella mundial que tiene ahora?
El tema este es muy complejo. Cuando tienes a una estrella de este nivel, es la ley de la oferta y la demanda. Si el jugador quiere estar con nosotros, lo estará muchos años. Y la junta directiva que esté aquí al frente del club tendrá que ir valorando esta situación. Yo le diría que hoy por hoy no es preocupante. Siempre pienso que no tenemos que preocuparnos por cosas que a lo mejor no van a pasar. Sí que hemos de tener muy en cuenta que tenemos una plantilla joven muy buena, y que tendremos que ir en los próximos años acordando estos salarios y mejorándolos. Pero también es cierto que nos estamos moviendo, en cuanto a los ratios UEFA, en la franja baja. Con lo cual estamos haciendo bien las cosas. Este año ya ha habido la subida de salarios de Lamine y la renovación de Frenkie de Jong. Creo que lo estamos haciendo muy bien. Estamos muy alineados el área deportiva con el área económica. Sabemos cuál es el margen de juego. Y ésta sí es mi preocupación. Movernos en esta línea.
Ferran Olivé, durante su entrevista con EL PERIÓDICO. / MANU MITRU / EPC
¿Han llegado a cuantificar cuánto ha perdido el Barça con el año de retraso que se lleva respecto al no regreso al Spotify Camp Nou?
Todavía no. El retraso del Espai Barça es complejo a quién se lo adjudicas. Porque nosotros, cuando terminemos el contrato con Limak, sí que hay unas penalizaciones. Pero también es cierto que en el contrato se estipulaba que se pudiese trabajar en turnos de 24 horas. Claro, cuando empezaron las obras del estadio, enseguida comenzaron algunas quejas de los vecinos. Y empezó todo esto que ustedes conocen perfectamente. Y claro, el Ayuntamiento, en aquel momento, no nos dejó continuar con el ritmo de obra que teníamos de 24 horas. Esto lo que hizo es retardar el proceso de obra. ¿A quién es imputable? Pues la vida no es fácil. Yo creo que los vecinos supongo que tenían sus razones, porque les molestaba; supongo que el Ayuntamiento tuvo sus razones para impedirnos también que trabajasen. Lo que produjo es una situación no deseable de retraso en el final de las obras. Al final tienes que hacer frente a las circunstancias reales que te pasan. Pues claro que tendrá un impacto.
¿Y cuánto ha pagado el club al Ayuntamiento de Barcelona por jugar en Montjuïc en estas dos últimas temporadas y el inicio de ésta?
El club invirtió 20 millones de euros en las obras de adecuación del Estadi Olímpic y el plan de movilidad, a lo que se sumaron cuatro millones invertidos en la montaña de Montjuïc para un total de 24 millones en las temporadas 23-24 y 24-25. La inversión que se ha hecho estas últimas semanas ha sido de algo más de un millón de euros. Esto nos ha penalizado tremendamente. Pero ya no solamente por la falta de ingresos, sino porque además hemos tenido que pagar otro estadio. También le diré que esto estaba programado en el gasto del Espai Barça. Ya estaba computado. Cuando decidimos que íbamos a jugar en otro estadio ya calculamos lo que iba a costar y está en el dinero que pedimos al socio para endeudarnos.
Cuando el club tiene que firmar un acuerdo de patrocinio con un país como el Congo, ¿hace algún tipo de reflexión por si ello puede penalizar su imagen?
Es complejo lo que está diciendo y tiene una parte de razón. Cuando salió el patrocinio del Congo, en el fútbol ya había otro patrocinio que era el de Ruanda. Pasamos por Compliance, fue lo primero que hicimos. Y si no nos lo hubiera validado, no lo hubiésemos aprobado. En otras situaciones, nos ha pasado lo mismo. Nos han venido sponsors que nos han puesto grandes cantidades, sumas importantes, y han sido rechazados por Compliance. Aquí hubo un informe positivo por parte de Compliance valorando toda la situación geopolítica que había entre el Congo, Ruanda y esta zona del planeta. Y se estipuló que podía hacerse. Es complejo esto, porque con los movimientos geopolíticos que hay en el mundo las posiciones son muy complejas. Lo que no puedes hacer es tener un sponsor que sea un genocida o cosas de este estilo. Pero en este caso, se valoró que fue aceptable por parte de Compliance.
Ferran Olivé, tesorero del FC Barcelona, posa para EL PERIÓDICO ante una maqueta del Spotify Camp Nou en las oficinas del club. / Manu Mitru
La asamblea es el órgano supremo de gobierno del Barça. Cinco años después de la pandemia, ¿por qué se sigue celebrando de manera telemática?
Yo llevo cuatro años en esto y no había seguido nunca una asamblea. Curiosamente, tenemos muchísima más participación efectiva en las asambleas telemáticas, y esto es un hecho constatable. Recuerdo haber visto ahora imágenes que me han pasado de asambleas presenciales, de estas maratonianas, que cuando se producían las votaciones a última hora no quedaba nadie. Son asambleas de ocho y diez horas. Este sistema permite que, con las votaciones, haya picos de gente. En las asambleas telemáticas vota más gente, que es lo trascendente.