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Espargaró: “¿El título de mi carrera?: el trabajo gana al talento”

Nadie, ninguno de nosotros, nadie se va a trabajar y se lleva a la familia puesta. Nadie se lleva a su esposa e hijos a la oficina. Nadie se los lleva a clase, al despacho de abogados que dirige, a dar clases en su universidad y los sienta en primera fila de los pupitres. Nadie.Seguir leyendo….

Santo Domingo - Publicado hace

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Nadie, ninguno de nosotros, nadie se va a trabajar y se lleva a la familia puesta. Nadie se lleva a su esposa e hijos a la oficina. Nadie se los lleva a clase, al despacho de abogados que dirige, a dar clases en su universidad y los sienta en primera fila de los pupitres. Nadie.

Aleix Espargaró, sí, Aleix Espargaró se lleva, a un montón de grandes premios, incluso a las Américas, a Asia, a Australia, a Japón, ya no digamos por Europa, a Laura Montero, su esposa y a Max y Mía, miembros durante los últimos años del ‘paddock’ de MotoGP. ¿Por qué?, tal vez porque, como reconoció el propio Aleix, el domingo, en Montmeló, “MotoGP lo es todo en mi vida. Es mi vida. Y es la vida de los míos. Todo lo que tengo yo y todo lo que tienen ellos se lo debo a MotoGP”.

El mayor de los Espargaró, que ayer corrió su último gran premio, es decir, el nº 339 (ha ganado ‘solo’ tres, ha logrado 7 ‘poles’, 5 vueltas rápidas y 12 podios), lo que no significa que deje de correr, que se jubile, tal vez pueda considerarse una jubilación activa pues, mañana mismo, se subirá a la Honda 2025 para convertirse en piloto probador del equipo que dirige Alberto Puig, ha conseguido algo que no logró ni el mismísimo Valentino Rossi: dejar el Mundial en la cresta de la ola, arriba de todo, casi, casi, en el podio, pues acabó cuarto el GP Solidario, que ganó ‘Pecco’ Bagnaia y coronó a su amigo del alma Jorge Martín como nuevo campeón del mundo de MotoGP.

“Es muy difícil, bueno, yo diría que imposible, ser tan afortunado como he sido yo, ser tan feliz como he sido yo. MotoGP lo es todo en mi vida. Es mi vida. Y es la vida de los míos. Todo lo que tengo yo y todo lo que tienen ellos se lo debo a MotoGP”

Aleix Espargaró

— Piloto del equipo Aprilia Racing

“Era algo que tenía en la cabeza antes de anunciar que ésta sería mi última temporada en activo: no quiero acabar mal, no quiero arrastrarme, quiero dejarlo intentando ganar, estando arriba, peleando por el podio”. Y eso fue lo que hizo, con una determinación, fogosidad, estilo y coraje, que le convierten, sino en un gran ganador, que no lo ha sido, en un profesional impresionante, de los mejores (incluso en el ruido generado), que ha pasado por el campeonato de las dos ruedas.

Gracias, ‘capitano’

“Estoy muy agradecido a esta vida, a la vida que me han proporcionado las motos, el Mundial, el ‘paddock’. He sido muy feliz y solo espero y deseo que todos los que me han visto correr se lo hayan pasado bien”, señala Aleix, que reconoce que debió ser “más paciente y constante, no cambiar tanto de todo, para poder conseguir un mejor rendimiento. Pero no me arrepiento de nada, no, no, ¡ni hablar”.

El mayor de los Espargaró, que ha reconocido en más de una ocasión que empezó a pensar en dejarlo cuando su hermano Pol sufrió su último accidente tan grave, confiesa que Marc Márquez es el mejor rival al que se ha enfrentado, que Maverick Viñales ha sido su mejor compañero de equipo y que, sin duda, Jorge Martín, el flamante nuevo campeón del mundo de la máxima categoría, es su mejor amigo.

“Gracias por estos años, ‘capitano’”, rezaba la pancarta con la que el equipo Aprilia le ha recibido frente al taller del Circuit al concluir la carrera de ayer, a lo que él respondió quemando el neumático trasero de su moto y provocando un humo celestial, que ascendió al cielo´.

Aleix Espargaró, junto a su equipo Aprilia, en la parrilla de Montmeló.

Aleix Espargaró, junto a su equipo Aprilia, en la parrilla de Montmeló. / MILAGRO / TINO MARTINO

“He salido como siempre a por todo y, sobre todo, a tratar de ganar, pero cuando he descubierto que las Ducati, que están en otro planeta, montaban el neumático blando, sabía que no iba a poder pelear con ellas en las últimas cinco vueltas, cuando me he tenido que rendir y conformarme con la cuarta plaza”, señala Aleix. “Pero, bueno, al menos he podido proteger a Jorge (Martín), lo que me hace sentirme sumamente feliz el día que lo dejo, la verdad. No podía ni soñar que el día que me fuese de MotoGP, sería el día que vería convertirse en campeón del mundo a mi amigo. Doble felicidad”.

Aleix contó que ha sido una semana, un fin de semana, un gran premio de locura. “Muy emocionante, muy cariñoso, pues cada vez que entraba en el ‘boxe’ ocurría algo, había una sorpresa. He tenido mucha suerte de acabar mi carrera en este equipo, en esta fábrica y con esta maravillosa gente. Sé que no me olvidarán, me lo han confesado, pero tampoco yo podré desprenderme del cariño que me han dado”.

Aleix, que recibió el aplauso de toda la sala de prensa de el Circuit Barcelona-Catalunya cuando, a las 17.00 horas, subió a despedirse de todos, insistió, de nuevo, en que se siente el ser más privilegiado del mundo. “Puede que alguien haya tenido la misma suerte y felicidad, puede, pero más no, eso lo tengo muy claro. Mi vida aquí ha sido maravillosa”.

“No puedo decir que mi carrera ha sido brillante. Aquí venimos a competir, pero también a ganar y he ganado poco. Eso sí, me gustaría ser un espejo para los jóvenes y, sobre todo, para aquellos que, con menos talento, quieren pelear por triunfar”

“Tengo 35 años, he cumplido 20 años en el campeonato, Aprilia me lo ha regalado todo, he salido desde la primera línea, he terminado rozando el podio y me voy en todo lo alto. Y, encima, tras la última vuelta, Jorge se me ha acercado y me ha dicho que su título también es mío y eso es muy grande”, comentó el veterano piloto catalán.

Aleix Espargaró contó que su objetivo en el ‘paddock’ ha sido “ver sonreir a la gente, hacerles felices, muy especialmente a mi equipo, que me ha agradecido que, cuando nadie confiaba en Aprilia, yo estaba ahí tirando del carro. Y eso, la verdad, me convierte, de nuevo, en un ser muy, muy, feliz.

No bajar los brazos

Cuando le pedimos que titulase su carrera deportiva, no lo dudó: “El trabajo gana al talento”. Y lo explicó. “No puedo decir porque sería absurdo decirlo, que me rendimiento deportivo ha sido de diez, de notable, no sé siquiera de aprobado. Aquí estamos para brillar en la pista, para tratar de ganar. Lo que sí me gustaría, aunque no sé si lo he conseguido, es haber sido, sino un ejemplo, si un espejo en el que los más jóvenes hayan podido aprender algunas cosas”.

Y concluyó con más sentencias. “No hay que tirar nunca la toalla. Nunca hay que bajar los brazos. Yo me he enfrentado a pilotos mucho mejores que yo, con mejores motos, con mucho más talento y les he plantado cara, a veces, hasta les he ganado y eso vale mucho. Al menos para mí”.

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