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El ejercicio físico, un factor clave para la fertilidad
La práctica de ejercicio físico se está integrando en el imaginario colectivo como una herramienta más para cuidar la salud. Sus efectos positivos para el organismo son tantos que cada vez más personas consideran aumentar sus niveles de actividad física para beneficiarse de esos efectos, que van desde una mejor salud cardiovascular o inmunológica a la prevención de enfermedades como la…
La práctica de ejercicio físico se está integrando en el imaginario colectivo como una herramienta más para cuidar la salud. Sus efectos positivos para el organismo son tantos que cada vez más personas consideran aumentar sus niveles de actividad física para beneficiarse de esos efectos, que van desde una mejor salud cardiovascular o inmunológica a la prevención de enfermedades como la diabetes tipo II o los desajustes hormonales. En ese sentido, investigaciones recientes han determinado que existe un vínculo entre la práctica de ejercicio físico y la fertilidad, y que no es solo relevante para las mujeres.
“Los hábitos deportivos pueden afectar a la fertilidad tanto en hombres como en mujeres”, sentencia la Dra. Judit Guix, ginecóloga especialista en fertilidad en Fertilab Barcelona, aunque es cierto que las mujeres son quienes más pueden beneficiarse de su práctica. “El ejercicio físico aeróbico moderado y de fuerza mejora la fertilidad, tanto masculina como femenina, porque, entre otras cosas, ayuda a la regulación hormonal y mejora de la calidad ovocitaria y espermática”, añade la especialista.
El cortisol y la concepción
Además de la calidad del esperma y los óvulos, la práctica de ejercicio físico tiene efectos sobre las hormonas que regulan la fertilidad, entre ellas el cortisol. La conocida como hormona del estrés tiene un papel muy relevante en la concepción, ya que por ejemplo en situaciones de estrés crónico o ansiedad en las que los niveles se elevan por un periodo de tiempo prolongado, el funcionamiento del eje hipotálamo-hipofisario se debilita afectando a la ovulación. En estos casos, el ejercicio físico es uno de los mejores remedios para disminuir los niveles de cortisol pues este produce endorfinas y serotoninas, que son hormonas que contribuyen al bienestar y la mejora del estado de ánimo.
Por otro lado, la práctica de ejercicio físico moderado contribuye a mejorar la sensibilidad a la insulina. “Estados de hiperinsulinemia como por ejemplo vemos en mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) alteran el eje hipotálamo-gonadal alterando la ovulación y en estos casos nuevamente el ejercicio físico podría ser muy beneficioso para encontrar un equilibrio”, razona la Dra Guix.

Persona haciendo ‘running’ / FMT
Carga de entrenamiento equilibrada
La clave, en este caso, se encuentra en el equilibrio. “No por más entrenar serás más fértil”, puntualiza la Dra Guix. Aunque el ejercicio físico moderado ayuda a reducir los niveles de estrés, el ejercicio físico intenso, sobre todo asociado a un bajo porcentaje de grasa corporal y un déficit calórico inducen al proceso contrario.
Ese cúmulo de factores acostumbran a generar un estrés fisiológico que activa el eje hipotálamo-adrenal aumentando los niveles de cortisol y adrenalina. “Los niveles crónicamente elevados de cortisol y adrenalina pueden inhibir el eje hipotálamo-gonadal impidiendo la ovulación pudiendo llegar a desarrollar una condición llamada amenorrea hipotalámica, bloqueando todo el eje hormonal e impidiendo la ovulación”, desgrana la Dra Guix que avisa que los hombres pueden sufrir un proceso parecido.
La amenorrea hipotalámica funcional es una de las principales causas de infertilidad relacionada con el ejercicio físico y se suele desarrollar en aquellos casos en los que las deportistas se someten a cargas de entrenamiento muy elevadas en periodos en los que la ingesta calórica resulta insuficiente y como consecuencia tienen un porcentaje de grasa corporal por debajo del 15%. “El cuerpo necesita un equilibrio energético adecuado para mantener la función reproductiva. Cuando hay un déficit calórico crónico, se activan mecanismos de adaptación que pueden llevar a la inhibición de la ovulación. Es un mecanismo de protección del organismo, que interpreta que no es un buen momento para el embarazo”, explica la doctora.
Las deportistas de élite
Se estima que hasta el 50% de las mujeres deportistas de élite pueden presentar amenorrea hipotalámica funcional debido a un entrenamiento excesivo y un bajo porcentaje de grasa. Este problema no afecta únicamente a la fertilidad, sino que también puede provocar pérdida de masa ósea a largo plazo aumentando el riesgo de fracturas por estrés. No obstante, el lado positivo es que, en el 80% de los casos, ajustar el volumen e intensidad del ejercicio, con un buen ajuste nutricional, permite recuperar la ovulación y la posibilidad de un embarazo espontáneo.
De este modo, el ejercicio físico moderado habitual y una buena dieta son factores clave para conseguir un embarazo más fácilmente, tanto por vías naturales como mediante tratamientos de fertilidad. “La búsqueda de un embarazo puede ser un proceso emocionalmente intenso. Además, muchas mujeres en tratamientos de fertilidad han pasado por pérdidas o fracasos previos, lo que genera altos niveles de estrés. Mantenerse activas con ejercicio moderado puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y, en algunos casos, favorecer el éxito del tratamiento”, aclara la Dra. Guix.