El cuarentón LeBron, el rey que no se desgasta

LeBron James cumple 40 años este 30 de diciembre con los sueños de cualquier ser humano materializados. Una suerte ser LeBron James. Tiene trofeos para cargar una camioneta. Es reconocido como uno de los mejores jugadores de la historia de su deporte, el baloncesto. Los negocios multiplican su fortuna. Y este año ha podido compartir vestuario y pista en un partido oficial de la NBA con su hijo Bronny, su fantasía salvaje hecha realidad.

LeBron concluye el año con un nuevo récord, sellado la pasada semana. Ya es el profesional que más minutos ha jugado nunca en la temporada regular de la NBA. Ha adelantado a Kareem Abdul-Jabbar, que se paró en 57.446 minutos. 

Con el cumpleaños redondo cierra un 2024 cargado de emociones. Por lo de jugar al lado del hijo, aunque ahora ha sido descendido a la G-League, donde las franquicias foguean a jugadores a medio cocer, como es el caso de Bronny.

También por la medalla de oro olímpica conquistada en París con Estados Unidos a la vera de Stephen Curry, la tercera de su carrera. O por la celebración de los 20 años desde que irrumpió en la liga profesional estadounidense directamente desde la ‘high school’.

James alcanza las cuatro décadas de vida en un estado de forma que ya querrían para sí muchos veinteañeros. Promedia 23,5 puntos, 9 asistencias y 7,9 rebotes por partido, aunque los Lakers no están para asaltar fuertes. Para entrar en los playoff les da y quizá pasar alguna ronda. No pinta que para mucho más. Ya se verá.

Hombre de récords

Cuatro veces campeón de la NBA, cuatro veces MVP y 20 veces All-Star, ‘King LeBron’ es el máximo anotador de todos los tiempos de la NBA. De hecho, le quedan muy pocos récords sustanciales por romper. Es el jugador con más puntos en fase regular y playoffs, con más partidos jugados, triunfos, lanzamientos convertidos y robos en playoffs y con mayor cantidad de veces seleccionado en el primer quinteto All-NBA y como All-Star. Habría que mirar en estadísticas muy secundarias para no verle en lo más alto de la tabla.

Récords que a partir de ahora solo harán que ampliar para dificultar que algún genio del futuro pueda superarle. Este pasado verano renovó con los Lakers por dos temporadas (la segunda es opcional, depende de él seguir o no) a razón de 50 millones por curso. O sea, en principio hay LeBron hasta al menos los 42 años.

“No voy a jugar mucho más tiempo, para ser completamente honesto. No sé cuántos años son, si es un año, dos años, lo que sea”, dijo James el mes pasado. “No voy a jugar hasta que las ruedas se caigan. No voy a ser ese tipo que está faltando el respeto al deporte sólo porque quiero estar en la cancha. Ese no seré yo”. Como se ha dicho, las ruedas de momento se ven engrasadas.

Sus inversiones han robustecido su fortuna. Se le considera el primer deportista en activo en ganar más de 1.000 millones de dólares. El primer billionaire, que dicen en EEUU. Antes lo logró Michael Jordan, pero lo hizo 10 años después de retirarse.

Forbes cifra su patrimonio en 1.200 millones. Ha invertido con precisión, como en Beats, la empresa global de auriculares. Cuenta con potentes propiedades inmobiliarias en Los Angeles y Ohio. Ha sumado y suma imponentes cantidades de acuerdos comerciales con multinacionales como Nike, Pepsi y Walmart. Ha entrado como accionista de Fenway Sports Group, propietario de los Boston Red Sox de béisbol y el Liverpool FC, entre otros. Solo un borrón: fundó una compañía de producción y entretenimiento, Springhill Co, que no acaba de darle beneficios tras invertir 100 millones. No siempre se puede ganar.

Sin miedo a opinar

Lo sabe por el deporte e igualmente por la política. Se involucró profundamente en las elecciones norteamericanas en favor de Kamala Harris. Pero Donald Trump es como los Boston Celtics, muy difícil de derrotar. Nunca le ha asustado opinar de todo, ya sea en ruedas de prensa o en su podcast, donde saca punta a su enorme carisma, porque tampoco anda corto de eso tan intangible y tan necesario en líderes como él.

Disfruta del presente consciente de que el futuro que le queda en la cancha es corto. “Mentalmente, me siento muy bien. Muy alerta. Muy fresco. No quiero dar por sentado este momento. Nunca me he dado la oportunidad de simplemente, ya sabes, disfrutar de los momentos y ahora quiero hacerlo”, remarcó hace poco. No le falta de nada al cuarentón LeBron.

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