El City espera que a Guardiola le queden energías para volver a empezar
Miren, entre los técnicos que han dirigido más de 50 partidos en la durísima y atractiva Premier League, Pep Guardiola (Santpedor, 18 de enero de 1971), que acaba de renovar por el Manchester City hasta el verano de 2027, es quien más puntos ha conseguido por partido (2,16), quien posee el mayor porcentaje de victorias (72%), quien más goles por partido…
Miren, entre los técnicos que han dirigido más de 50 partidos en la durísima y atractiva Premier League, Pep Guardiola (Santpedor, 18 de enero de 1971), que acaba de renovar por el Manchester City hasta el verano de 2027, es quien más puntos ha conseguido por partido (2,16), quien posee el mayor porcentaje de victorias (72%), quien más goles por partido ha conseguido (2,44) y quien menos goles ha encajado por encuentro (0,86). Esperen, Guardiola ha dirigido al MCity en 329 partidos en la Premier League y ha ganado 238, empatados 46 y perdido 45. Con los mismos encuentros, el Liverpool ha ganado 191 y el Chelsea, 158.
Es evidente que el Manchester City está atravesando una crisis brutal, jamás vivida en la ‘era Guardiola’, pero no es menos cierto que los aficionados del Manchester City adoran e idolatran al ‘noi de Santpedor’, que se ha ganado el derecho, no solo a fallar (“no acabo de dar con la tecla, nos están pasando las mismas desgracias un partido tras otro, hay que reconocerlo”), sino a ser el protagonista de lo que, en Inglaterra, ya se conoce como el ‘tercer proyecto’ de Guardiola en el MCity.
El primero fue, lógicamente, en el momento de su llegada, en los primeros años. El segundo, la época del triplete con Haaland y sus cuatro centrales (Akanji, Dias, Stones y Laporte) y el tercero ya ha arrancado, en el mercado invernal, donde el City ha gastado 218 millones de euros en Omar Marmoush, Abdukodir Khusanov y Vitor ReisReis y que tendrá, sin duda, como columnas fundamentales a Haaland y un recuperado Rodri.
Los números, los récords, los logros de Pep Guardiola, durante los últimos años, al frente del Manchester City han sido estratosféricos comparados con las conquistas del resto de técnicos de la Premier League y, por tanto, se ha ganado el derecho a volver a intentarlo.
Siempre se ha dicho que cuando Guardiola dudaba si dejar el Barça o quedarse, si seguir o cambiar a los futbolistas con los que tenía una relación demasiado estrecha como para prescindir de media docena de ellos (lo mismo que tendrá que hacer, ahora, en el City), el técnico decidió abandonar el club de sus amores “porque, si seguimos, nos haremos daño”. Esta vez, según todas las fuentes e indicadores, ha decidido quedarse en Manchester e intentar reconstruir el equipo, insisto, basándose en el poderío de Haaland y en el regreso de su Balón de Oro.
Estaría bien no olvidar que, a finales de octubre, nadie, en la Premier League, había ganado tanto y mejor que Guardiola, cuyo equipo era el único que lo había ganado todo en las cinco grandes ligas europeas. Y eso que esta temporada arrancó con la idea, muy consolidada, de que Inglaterra elegiría a Pep como nuevo seleccionador, cosa que, finalmente, no ocurrió.
Y lo que sí sucedió, incomprensiblemente para muchos, el primero el propio Pep, fueron las primeras derrotas. Tras las dos primeras y pese a que los dirigentes del City ya lo sabían de antemano, pero no lo habían hecho público, Guardiola anunció que renovaba hasta el verano del 2027. Bien es verdad que, a partir de ese instante, empezó a darse cuenta de que la renovación que tendrá que hacer este verano, debió haberla empezado el pasado año, cuando estaba ganando.
Pep Guardiola. / EL PERIÓDICO
Porque el problema es que, de pronto, el equipo empezó a caerse, empezó a tener la sensación de que le faltaba gasolina en los tramos finales de los partidos, que fallaban muchas cosas, demasiadas, que De Bruyne, siempre inmenso, ya no estaba para competir en la élite, que Bernardo Silva ya no aguantaba tres partidos por semana, que Gundogan era, eso, Gundogan, que Walker estaba despistado y que Grealish, por el que había pagado 118 millones de euros al Aston Villa, nunca remontó el vuelo.
Guardiola, que desde el minuto uno de la crisis ha llegado a maltratarse mentalmente por ser incapaz de “encontrar la tecla” que cambie este desastre, deberá prescindir, como poco, de seis titulares y fichar otros tantos futbolistas de altísimo nivel. Siempre se habla del dinero que se gasta el MCity, pero nunca se habla de lo que ingresa, de lo que vende y de lo mucho que se refuerzan sus otros grandes adversarios de la Premier.
El trabajo que tiene por delante Guardiola, que sigue contando con el respaldo de su amigo Txiki Bagiristain, que empieza a ceder el testigo al nuevo Director Deportivo, el portugués Hugo Viana, es un trabajo para el que se necesita la energía que tenía Guardiola en sus primeros años de entrenador en el Barça. Y eso es, precisamente, lo que está meditando y midiendo el técnico catalán, si se ve con fuerzas de afrontar todo lo que tiene que afrontar.
Guardiola debe empezar a planear con Hugo Viana, el Director Deportivo fichado para suplir a Txiki Begiristain, la transformación de una plantilla envejecida y, tal vez, sin hambre por otra que comulgue con las ansias de victoria del ‘nen de Santpedor’
Pep convive con tres tipos de futbolistas en su actual plantilla. Los veteranos, los de siempre, los titulares, aquellos que le han proporcionado un montón de títulos y gloria, que llevan con él un montón de años, pero ya no están para las exigencias de la alta competición. Otro grupo, que lleva menos tiempo y al que tendrá que dedicar su energía para que aprendan, rápidamente, los conocimientos y el estilo del City. Y un tercer grupo, como los mencionados fichajes recién llegados, que están empezando primero de básica con Guardiola.
Cuando, tras la derrota del Santiago Bernabéu, le preguntaron a Guardiola si era el final de una época, el de Santpedor fue muy sincero: “Tenemos tiempo para pensar en eso. Es fácil caer, ahora, en este tipo de conclusiones. Con el tiempo, todos aceptaremos las cosas tal y como son. Club y plantilla. Pero, ahora, aún nos quedan 40 partidos por delante y vamos a por ellos. Nada es para siempre. Hemos sido extraordinariamente extraordinarios, pero ya no. Ahora, a pensar en la Premier, pese a que sabemos que no la vamos a ganar… y ya veremos qué sucede en la FA Cup. Trataremos de estar en esta competición otra vez”.
Pep Guardiola, el técnico del City, besa a Haaland tras sustituirlo en los minutos finales del duelo contra el Newcastle. / Reuters / Phil Noble
Guardiola jamás se irá perdiendo, aunque sí decidirá cuando se irá. No parece que sea el momento de decidir algo tan importante. “Somos un equipo cojonudo, pero hemos perdido la consistencia. Simplemente cuando un equipo es mejor, toca felicitarle. Durante muchos años hemos hecho algo histórico en nuestro país, ganando tantas y tantas competiciones, algo que no había sucedido antes. Pero ya está. Ahora nos tenemos que centrar en clasificarnos entre los cuatro mejores equipos en Premier”.
El prestigioso, elogiado, revolucionario e innovador técnico, elogiado por todo el mundo y considerado, por muchos, como el mejor ‘mister’ de la historia, recordó que, hace diez años, el Manchester City no aparecía en las grandes competiciones y, por supuesto, no era nadie en la Copa de Europa.
A finales de enero tras caer ante el PSG de su amigo Luis Enrique, Guardiola hizo algo que no había hecho nunca: suspendió el entrenamiento del día siguiente. El motivo no era otro que tener más tiempo para preparar su siguiente enfrentamiento, ante el Chelsea, al que derrotó 3-1, jugando sin extremos. Hay quien piensa que la posterior goleada al Newcastle hizo creer a muchos que el City estaba ya de vuelta. Nada más lejos de la realidad, en el Santiago Bernabéu quedó demostrado que aquello había sido un espejismo, el equipo está como está, mal, muy mal.
“Con el tiempo, todos aceptaremos las cosas tal y como son. Club y plantilla. Pero, ahora, aún nos quedan 40 partidos por delante y vamos a por ellos. Nada es para siempre. Hemos sido extraordinariamente extraordinarios, pero ya no lo somos”
Pep Guardiola
— Entrenador del Manchester City
Inglaterra, la Premier League, Manchester, el City, sus dueños, sus jefes, su afición van a proporcionarle a Pep Guardiola toda la ayuda del mundo y más. Nunca jamás vivieron lo que les ha proporcionado el entrenador catalán, nunca. Y, probablemente, jamás volverán a vivir un periodo, una era, una época tan triunfadora y dominadora. El Manchester City de Pep Guardiola ha sido de los equipos más elogiados en los últimos 100 años.
El único punto, la única duda, que, de momento, no ha resuelto con una declaración contundente el propio Guardiola es si, realmente, posee la fuerza de hace algunos años, la ilusión, la chispa, ese comportamiento eléctrico que le mantenía enchufado todo el día al fútbol.
Porque si de algo no hay duda es que para liderar el tercer proyecto, que, insisto, ya está en marcha, Guardiola va a necesitar el coraje y la determinación que utilizó en sus años mozos. Porque si algo han sido los equipos de Pep es el reflejo de su genio, de su magia, de su ímpetu, de su inspiración. Nada de todo eso se logra, solo, con dinero.