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El Barça retorna a la aristocracia europea: De Valverde a Flick, seis años donde cambió todo
Acabado el partido en Dortmund, y tras el 3-1 después de una mala noche azulgrana, Raphinha quedó derrengado sobre el césped. No le quedaba ni un gramo de energía, mientras el Barça festejaba de manera extraña su retorno a la aristocracia europea. Seis años han pasado desde que el club azulgrana abandonaba tan selecto lugar para ir pululando por los bajos…
Acabado el partido en Dortmund, y tras el 3-1 después de una mala noche azulgrana, Raphinha quedó derrengado sobre el césped. No le quedaba ni un gramo de energía, mientras el Barça festejaba de manera extraña su retorno a la aristocracia europea. Seis años han pasado desde que el club azulgrana abandonaba tan selecto lugar para ir pululando por los bajos fondos del fútbol europeo.
Seis años en los que se quedó anclado en aquel córner de Anfield (mayo 2029) donde Origi aprovechó la desidia del equipo de Valverde para encajar un contundente 4-0, que abrió el catálogo de los horrores de la Champions. Y todo resumido un año más tarde en el 2-8 ante el Bayern de Flick, que certificó el final de la ‘era Messi’ (agosto 2020).
En aquel córner, que se vivió el 7 de mayo de 2019 y donde Alexanderl-Arnold fue el más listo de todos, ha seguido secuestrado durante años y años el club. Y el equipo ha ido consumiendo entrenadores, despojado siempre de mala manera por la gran y rica Europa.
Despedido el ‘Txingurri’, rescatado del paro Setién para una fugaz etapa, elegido Koeman como bandera, todos bajo el sello de Bartomeu) antes de que Laporta se llevara por delante hasta dos antes de escoger realmente al suyo. Echó al ‘héroe de Wembley’ en un avión de vuelta de Madrid hacia Barcelona, tras perder 1-0 en Vallecas, y se cansó de las contradicciones de Xavi. De Valverde a Flick.
«Cuando he entrado en el vestuario he visto un ambiente que no era muy positivo. Al llegar le dije a los muchachos: ‘Hemos llegado a semifinales’. Entonces, el ambiente cambió»
«Cuando he entrado en el vestuario he visto un ambiente que no era muy positivo», reconoció el técnico alemán, dolido porque esa derrota ante el Dortmund desfiguró a su Barça. «Al llegar le dije a los muchachos: ‘Hemos llegado a semifinales’. Entonces, el ambiente cambió», reconoció Flick, quien considera que ese largo viaje, que ha llevado al Barça a la segunda división del continente (jugó dos años, y de forma consecutiva, la Europa League sin llegar siquiera a una semifinal) ha concluido. Ahora sí. Y en el primer curso de un proyecto absolutamente nuevo, aunque, en realidad, es totalmente viejo.

Flick da instrucciones a sus jugadores durante el duelo en Dortmund. / Afp / Ina Fassbender
Son los mismos jugadores de la pasada temporada. Y el cambio está en el banquillo. “Estamos en semifinales, hay que ver las cosas de forma positiva y no negativa”, decía, una y otra vez, el entrenador que destacaba el compromiso de sus jugadores para devolver al Barça a su condición de club grande en Europa. «La Champions es la mejor competición del mundo y llegar a estar entre los cuatro clubs que pelearán por ella es genial para nosotros y fantástico para el club», argumentó el alemán.
«La Champions es la mejor competición del mundo y llegar a estar entre los cuatro clubs que pelearán por ella es genial para nosotros y fantástico para el club»
La mutación ha sido monstruosa. Del Barça que perdió en Anfield solo existe un superviviente. Y ahora mismo ni juega. Es Ter Stegen, quien sufrió una grave lesión en la rodilla derecha el pasado mes de septiembre. Es el único y último hilo que une al Barça de Valverde con el Barça de Flick. No hay más.
Los otros 10 jugadores (Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Alba, Busquets, Arturo Vidal, Rakitic, Messi, Suárez y Coutinho) ya han desaparecido del universo azulgrana. Ni siquiera los tres suplentes que pisaron el hogar del Liverpool (Malcom, Semedo y Arthur) tienen vinculación alguna con el club.
Queda, por lo tanto, Ter Stegen, ahora de baja, como superviviente de lo que era aquel Barça y lo que intenta ser el actual, quien se ha reconstruido en tiempo récord de la mano de Flick, un entrenador absolutamente nuevo en un club tan singular como el Barcelona. Lamine Yamal, por ejemplo, tenía 11 años e iba a la escuela. Lo mismo que Pau Cubarsí, que ya tenía 12.

Szczesny comete penalti sobre Gross, que provocó el 1-0 del Dortmund sobre el Barça. / Afp / Ina Fassbender
Con esa pandilla de jóvenes, escoltado por veteranos (Lewandowski, Szczesny e Iñigo Martínez), Flick ha levantado un equipo exhuberante, que encaja su primera derrota en el 2025 en Dortmund. Era el partido que podía perder tras el 4-0 de la ida.
Equipo inconformista
Ahora ya no tiene más margen de error, aspirando como aspira a los tres títulos: líder en la Liga, con cuatro puntos de renta sobre el Madrid, finalista de Copa, donde también le espera el rival blanco, y semifinalista de la Champions, algo solo visto una vez en esta última década.
«No hemos estado a la altura. No hemos hecho todo lo que hicimos bien en la ida: la presión, la intesidad, la concentración, cerrar líneas de pase…»
Un equipo inconformista, triste incluso cuando regresa a la elite. «No hemos estado a la altura. No hemos hecho todo lo que hicimos bien en la ida: la presión, la intesidad, la concentración, cerrar líneas de pase…», ha denunciado Koundé enaborlando el mensaje más autocrítico del Barça. Pronto se unió Lewandowski a esa misma corriente de reproches hacia el juego azulgrana.
«No podemos jugar así. Si teníamos que perder y cometer errores, es mejor que los hayamos cometido en esta fase. Quizás este sea el toque de atención que necesitábamos»
«Nos faltó control en el mediocampo, cometimos muchos errores. Perdimos la posesión, regalamos pases, se lo pusimos fácil al rival», ha recordado el delantero polaco, explicando que el partido «debe analizarse a fondo» para sacar las conclusiones adecuadas. «Tenemos que aprender de él. No podemos jugar así. Si teníamos que perder y cometer errores, es mejor que los hayamos cometido en esta fase. Más adelante, no hay margen para esos errores. Quizás este sea el toque de atención que necesitábamos. Tenemos que aprender de esto», ha precisado Lewandowski.
«No hemos jugado bien, pero si teníamos que elegir un partido para perder era éste. Sabemos que podemos jugar mucho mejor, mañana estaremos más contentos», ha añadido Frenkie de Jong, uno de los más veteranos de la plantilla, quien nuca había jugado una semifial de la Champions. Ahora sí tendrá esa oportunidad.
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