Derrota letal del Girona ante el Sturm Graz

Fue bonito mientras duró. La aventura del Girona en la Champions no ha terminado porque todavía quedan tres partidos muy bonitos contra Liverpool, Milan y Arsenal, pero las aspiraciones de seguir adelante en la competición, sí. Había que ganar en Klagenfurt y no se hizo.

Un gol de Biereth en la segunda parte tras un mal despeje de Gazzaniga acabó con las opciones reales del Girona de clasificarse en un partido en el que los de Míchel no estuvieron inspirados en ataque y pagaron la falta de puntería con una derrota letal.

Seguramente todo habría cambiado si Iván Martín en la primera parte, a un palmo y medio de la portería, no hubiera enviado el balón a las nubes un pase de la muerte de Bryan Gil. No entró y, tanto el vasco como toda la afición rojiblanca, se acordarán toda su vida. Con el 1-0, pese a la acumulación de jugadores ofensivos, el equipo perdió su primera final europea.

Una final

No había ningún título en juego, pero el partido en Graz era una final para el Girona. Un duelo en el que solo le valía ganar para mantener opciones reales de seguir vivo en la Champions League. Una derrota o un empate dejaban al equipo matemáticamente aún con pulso, pero la clasificación para la ronda previa de los octavos se convertía automáticamente en una utopía antes de encarar el triple duelo con Liverpool, Milan y Arsenal. Tocaba pues salir a ganar fuera como fuera y mirar más allá.

El empuje anímico y las grandes sensaciones ofrecidas contra el Espanyol el pasado sábado (4-1), invitaban a confiar en un equipo que ha recuperado a media plantilla y que, de entrada, ya tenía a Tsygankov en el once titular. También Iván Martín, que entró a última hora por culpa de unos problemas estomacales de Van de Beek. A su lado, el multifuncional Miguel Gutiérrez para dejar a Byran Gil, Tsygankov y un Miovski en racha delante. En defensa, Francés suplió al sancionado Arnau y Juanpe entró para dar descanso a David López.

Apropiación del balón

La puesta en escena de los gerundenses fue notable. Con Bryan Gil como protagonista principal, el Girona se quedó al balón nada más sonar el silbado del árbitro y empezó a moverlo en busca de las ocasiones de peligro que llegarían. Un cabezazo de Krejci y otro de Miovski precederían una ocasión clamorosa de Iván Martín que todavía nadie se explica cómo pudo fallar a un palmo y medio de la raya de gol tras otra gran jugada de Bryan Gil. El Girona era dueño y señor del partido.

Sin embargo, el marcador no se había movido y el Sturm, con sus armas, no renunciaba al ataque. Lo intentaría primero Kiteishvili con un disparo a manos de Gazzaniga y, sobre tod, con una internada de Boving a quien Romeu desequilibró mínimamente a tiempo para que no pudiera rematar en condiciones. La primera parte se le haría larga a un Girona ya que, pese a monopolizar el balón y rozar más el gol, no probó al joven guardameta local.

Castigo al cuarto de hora

La reanudación comenzó de nuevo con un equipo dominador en busca de un gol que estuvo a punto de llegar en un remate desde la derecha de Tsygankov que se estrelló en el exterior de la red. Por el contrario, los gerundenses se verían castigados al cuarto de hora cuando Biereth aprovechó un mal despeje de Gazzaniga a disparo de Jatta para anotar el 1-0.

El gol hizo daño a un Girona que estuvo conmocionado unos minutos en los que Francés tuvo el empate en una buena jugada individual. Míchel movió el banquillo tanto como pudo haciendo entrar en el campo a Stuani, Danjuma, Abel Ruiz y Solís para tratar de darle la vuelta a la situación. Unos cambios que desordenaron el ataque rojiblanco que, sin embargo, contaba con muchos hombres de talento y en cualquier acción podía encontrar un gol que lo cambiara todo.

Aunque Stuani lo intentó con un cabezazo que Khudiakov rechazó sin problemas a córner, no hubo suerte. Ni Asprilla, ni Danjuma ni nadie fue capaz de hacer reaccionar al equipo, que se diluiría hasta el pitido final del árbitro.