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De verdad, ¿por qué aún hay gente que se los cree?

Mis maestros más maestros, aquellos que me enseñaron lo poco que sé de periodismo, monstruos como Antonio Franco, José Antonio Sorolla, Javier Batalla, Javier Roig, Miguel Ángel Bastenier, Andreu Missé, Ángel Sánchez, Pere Rusiñol, Joaquim Maria Puyal, Alex J. Botines, Alfredo Relaño, Quim Regas, mi hermano Carlos y tantos otros, me enseñaron que jamás hablase ni escribiese de nuestra profesión.Seguir leyendo….

Santo Domingo - Publicado hace

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Mis maestros más maestros, aquellos que me enseñaron lo poco que sé de periodismo, monstruos como Antonio Franco, José Antonio Sorolla, Javier Batalla, Javier Roig, Miguel Ángel Bastenier, Andreu Missé, Ángel Sánchez, Pere Rusiñol, Joaquim Maria Puyal, Alex J. Botines, Alfredo Relaño, Quim Regas, mi hermano Carlos y tantos otros, me enseñaron que jamás hablase ni escribiese de nuestra profesión.

“A nadie le interesa cómo trabajamos, las dificultades que pasamos, los peligros que corremos, la vida sin vida que llevamos, si llegamos de madrugada a casa, si apenas vemos crecer a nuestros hijos, eso no le interesa a nadie. Haz tu trabajo lo mejor posible, sé todo lo honrado que puedas y te dejen y apaga la luz de la mesita de noche con la conciencia tranquila. Lo demás no lo cuentes, nadie quiere conocer tus penas”.

Pero, miren, por un día, por un sábado, por 5.135 caracteres, hoy no les haré caso. Y no porque vaya a hablar de mí, ni de mi periódico, de su periódico, sino porque voy a hablar de mis compañeros de profesión. Y podría citar nombres, pero no lo haré. Por eso, porque a ustedes tampoco les interesa y, aunque ellos saben perfectamente quienes son porque actúan como correa de transmisión, lo importante es preguntarles, ahora que ya ha pasado todo, es decir, ahora que el FCBarcelona, Joan Laporta, Rafa Yuste, Alejandro Echevarría, Àlex Santos, Enric Masip y Jordi Finestres, el amigo de Carles Puigdemont, les han vuelto a engañar ¿por qué siguen creyéndoselos?, cuando no le dicen la verdad ni al médico.

FC Barcelona's midfielder Dani Olmo (R) reacts during the team's training session at Joan Gamper Sports City, in Barcelona, Catalonia, Spain 3 January 2025. EFE/ Alejandro García

FC Barcelona’s midfielder Dani Olmo (R) reacts during the team’s training session at Joan Gamper Sports City, in Barcelona, Catalonia, Spain 3 January 2025. EFE/ Alejandro García / Alejandro Garcia. EFE

Tú defiendes los postulados más lógicos, puro sentido común y, por descontado, cada uno poseemos nuestras fuentes, faltaría más. Todas son respetables, pero cuando te engañan tantas veces, tal vez podrías ahorrarte el tuitter de “que los desinscriban, que ya los volverán a inscribir”, podrías ahorrarte que “ya tienen toda la documentación en LaLiga y la están analizando” dos días antes de finalizar el plazo fatídico o, desde tu twitter de RAC1, asegurar que todo está solucionado, que los volverán a inscribir.

Y digo que podrías ahorrártelo porque, insisto, ya te dijeron, te prometieron, te juraron, te insistieron (como le prometió Josep Cubells a Thomas Heurtel que estaba fichado, que cogiera el avión desde China, que estaba hecho, “hablo en nombre del presidente”) que Leo Messi sería la estrella del acto del 125 aniversario del nacimiento del FCBarcelona en el Liceo y muchos, todos ellos, se rieron de los que decíamos que ni hablar, que Messi no vendría.

Sé, repito, que no debo hablar de nuestro trabajo ni de cómo trabajamos, lo sé. Pero estos días, aquellos que defendíamos que ni LaLiga ni la Real Federación Españla de Fútbol (RFEF) iban a volverse atrás, aquellos que escribimos que la fecha del 3 de enero se la había inventado Joan Laporta a la desesperada y que ese argumento fake de “caso de fuerza mayor” era otro chiste malo, falso, del aparato mediático del Barça, teníamos razón. Y no porque fuésemos más listos que nadie, no, simplemente porque hace tiempo que dejamos de creer en lo que decían. Nada más.

No le dicen la verdad ni al médico, se sabían perdedores, sabían que no tenían razón, que no habían llegado a tiempo, que carecen de profesionales preparados para llevar un club tan grande, que lo de “causa de fuerza mayor” era un argumento esperpéntico, que la fecha del 3 de enero se la inventaron ellos y, sin embargo, hay muchos periodistas que aún se los siguen creyendo.

El problema, querido lector y perdón por el rollo, es que nuestros jefes nos llamaban y susurraban al oído “oye que el mejor radiofonista de Catalunya dice que los inscribirán….oye que esa web deportiva tan seria y rica dice que ya han presentado toda la documentación…perdona, pero en el tuitter de RAC1, una periodista, siempre muy bien informada, dice que van a volver a inscribirlos, que el Barça lo da por hecho”.

Y tú, idiota, tonto, bobo, respondes a tus jefes, vale, estupendo, pues publicarlo, pero no pongáis mi nombre. El problema es que al que se le queda cara de tonto es a ti. Y tú llamas, de nuevo, a tu amigo Pedro Morata, que sabe la tira de esto, y te insiste en que “Emilio, ni caso, que solo un juez puede cambiar esto, que ni LaLiga ni la Federación les van a hacer ni caso, que todo es un invento del Barça”. Y les insistes a tus jefes que el Barça y todos sus voceros, sabedores que han perdido, consciente de que son los perdedores de esta historia, han puesto en marcha la máquina de la mentira pero, sobre todo, la máquina de la ocultación.

Joan Laporta, amb la mascota Cat, durant un acte públic del mes passat a l’Auditori 1899. | DANI BARBEITO

Joan Laporta y la mascota del Barça. / DANI BARBEITO

Llevan cuatro años mintiendo a la gente, a los socios, a los compromisarios, a los periodistas, incluso a los periodistas amigos, a los aficionados, también a sus empleados y futbolistas. ¿Qué puede pensar ahora Dani Olmo? ¿Y Lamine Yamal, que está a punto de firmar un contrato? ¿Y Robert Lewandowski? También van a seguir fiándose de ellos, cuando han sido incapaces de reunir, en cinco meses, la documentación necesaria para resolver el caso de Dani Olmo.

Pero no se engañen, todo lo están haciendo por cuatro razones fundamentales: una, son unos ineptos y llevan una compañía de casi 1.000 millones de euros como si fuese la antigua ferretería de Yuste; dos, están tratando de ocultar y, ya ven, ni siquiera lo han explicado, a quién, qué y por cuánto (de nuevo el por cuánto presente: de 200 a 100 millones, pierden 100) han vendido lo que fuese a Dubái y/o Catar; tres, han llegado al 1×1 (de madrugada, claro) y logrado el ‘fair play’ financiero y tampoco han contado cómo ni con qué y, cuatro, todo este show solo es la preparación, el atrezo, el teatro para plantear, de nuevo, la guerra de siempre: Madrid nos quiere muertos, desaparecidos. Han perdido una batalla (o diez), pero la guerra volverá a ser contra el “madridismo sociológico”.

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