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Dall’Igna: “Me resulta imposible explicar lo que ha hecho Márquez con la Ducati de 2023, es inexplicable
Pueden haber prioridades a la hora de hacer un curioso ranking sobre las cinco, seis o siete estrellas de este final apasionante del Mundial de MotoGP. Es evidente que Jorge Martín, el nuevo campeón, se lleva la palma. El buenismo de Pecco’ Bagnaia, su señorio, le va a la zaga. Es impecable y digno de admirar el comportamiento de Ducati, que…
Pueden haber prioridades a la hora de hacer un curioso ranking sobre las cinco, seis o siete estrellas de este final apasionante del Mundial de MotoGP. Es evidente que Jorge Martín, el nuevo campeón, se lleva la palma. El buenismo de ‘Pecco’ Bagnaia, su señorio, le va a la zaga. Es impecable y digno de admirar el comportamiento de Ducati, que ha dejado competir a sus pilotos con idéntico material.
El prodigioso esfuerzo de Dorna y Circuit por organizar, en diez días, un fantástico gran premio, es otro de los premios. Y, por descontado, es impresionante el resurgir, la determinación y el papel de Marc Márquez, ocho veces campeón del mundo, que ha ganado los mismos tres grandes premios que el nuevo campeón, compitiendo con una ‘Desmosedisi’ del 2023.
Es por eso, porque, tal y como reconoció Claudio Domenicali, CEO de Ducati en una entrevista con ‘la Repubblica’, “poseemos datos, telemtria, que nos indica de qué ha sido y es capaz Márquez con nuestra mot”, por lo que, finalmente, la firma de Borgo Panigale descartó a ‘Martinator’ y fichó, como compañero de Bagnaia por los dos próximos años, a MM93.
El sábado, en el Circuit Barcelona-Catalunya, cuando le preguntaron al italiano Gigi Dall’Igna, gurú e inventor de la invencible Ducati, cómo explicaba que Márquez pudiese codearse con los mejores, superar a la ‘Desmo’ 2023 y ganar tres grandes premios, el ingeniero se limitó a decir, con enorme, con tremenda sinceridad: “No es difícil de explicar, no, simplemente no puedo explicarlo. No lo sé. Lo siento. No le encuentro explicación”.
Con una Ducati del año pasado, Márquez ha quedado tercero del Mundial, ha ganado tres grandes premios, los mismos que el campeón, ha superado por 227 puntos a la segunda ‘Desmo’ 2023 y ha sumado 10 podios. Todo una gesta.
Es por ello que la aparición, totalmente vestido de rojo (Todo al rojo, era su eslogan, su apuesta), de Marc Márquez, el martes, en el ‘boxe’ del equipo Ducati Lenovo, después de pasar todo el lunes acompañado de Davide Tardozzi, uno de los grandes ejecutivos de la escudería, que no se separó del catalán ni un minuto, causó una expectación inusitada, tremenda, casi inexplicable.
“Todo al rojo es lo que queda”, fueron las primeras palabras del ocho veces campeón del mundo al sentarse en la silla que, hasta entonces, había sido de Enea Bastianini. “Hace poco más de un año, hice una apuesta arriesgada, que me ha permitido, por fin, sentarme en la mejor moto de la parrilla de MotoGP, en el equipo que gana las carreras. Ya estoy aquí, ahora toca aceptar la presión, la máxima responsabilidad y responder a las expectativas, que son, que deben ser, muy altas, claro que sí”.