El Mundo
Claves de una jornada triunfal para los demócratas de EEUU (y de un duro golpe para Trump)
La principal conclusión de la jornada electoral en EEUU donde se dirimieron los puestos de gobernadoras de los estados de Virginia y Nueva Jersey y la alcaldía de NY, entre otras cuestiones ha sido el revés a Trump. La victoria demócrata en puntos clave es un aviso a los republicanos de cara a las elecciones que se celebrarán a mitad de…

La principal conclusión de la jornada electoral en EEUU –donde se dirimieron los puestos de gobernadoras de los estados de Virginia y Nueva Jersey y la alcaldía de NY, entre otras cuestiones– ha sido el revés a Trump. La victoria demócrata en puntos clave es un aviso a los republicanos de cara a las elecciones que se celebrarán a mitad de legislatura el año que viene e incluso a las presidenciales de 2028, pero también ponen sobre la mesa las dos almas del Partido Demócrata y el debate sobre qué camino seguir en el futuro.
A continuación, las claves de una jornada histórica que ha colocado a un musulmán, el demócrata Zohran Mamdani, al frente de la ciudad de Nueva York.
En Virginia, tradicionalmente un estado decisivo en el año posterior a las elecciones presidenciales, los demócratas han logrado un importante triunfo, y Abigail Spanberger, una moderada de 46 años, será la primera mujer gobernadora de Virginia. En la carrera por la vicegobernación, la demócrata Ghazala Hashmi se ha convertido en la primera candidata musulmana elegida en todo el país. Trump rechazó repetidamente a la candidata republicana a gobernadora Winsome Earle-Sears, de 61 años, que habría sido la primera mujer negra elegida gobernadora en cualquier estado. El presidente se negó a respaldarla formalmente y evitó mencionar su nombre en su mitin televisado de la víspera de las elecciones para los candidatos de Virginia.
En Nueva Jersey, la candidata demócrata a gobernadora, Mikie Sherrill, ganó por casi la misma diferencia, derrotando fácilmente a un fuerte candidato republicano al que atacó por apoyar a Trump.
Estas dos victorias podrían servir de faro para los demócratas en su camino a recuperar poder en las elecciones de medio mandato de 2026. Si bien lo logrado por Spanberger, expiloto de helicópteros del Ejército, y Sherrill, exoficial de la CIA, no ha sido una gran sorpresa en dos feudos tradicionalmente demócratas, su amplio margen frente a los republicanos constituye un aval a una estrategia basada en la moderación, la búsqueda de soluciones y el foco puesto en el coste de la vida y en presentarse como baluartes contra Trump.
En Nueva York, el socialista demócrata Zohran Mamdani fue elegido alcalde tras una sorpresiva campaña que también provocó el debate en el seno del propio Partido Demócrata. Arrebató la candidatura al exgobernador Andrew Cuomo, que se presentó como independiente y recibió el apoyo de última hora de Trump. Mamdani, musulmán, ha hecho gala de una enérgica campaña muy basada en las redes sociales para atraer al voto joven.
La participación fue elevada. La Junta Electoral de la ciudad de Nueva York informó de que se habían emitido dos millones de votos en las elecciones a la alcaldía de Nueva York cuando faltaban 15 minutos para el cierre de las urnas. La primera vez desde 1969 –según la junta– que dos millones de neoyorquinos votaban en unas elecciones locales.
La victoria de Mamdani, que supone un aval para el ala más progresista del partido representada por Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, está destinada a abrir de nuevo el debate en el seno de los demócratas sobre su rumbo tras un año en el que siguen sin un plan ni líder claro después de la derrota de Kamala Harris frente a Donald Trump: optar por las posiciones moderadas que representan las ganadoras en Virginia y Nueva Jersey o bien virar hacia la izquierda y seguir la senda abierta por Mamdani. Ocasio-Cortez ya ha instado a su formación a dejar de negar «el futuro».
Lo que parece más claro es que el nuevo alcalde de Nueva York será el objetivo en el que se cebarán Trump y los republicanos.
La otra gran victoria de los demócratas en la noche electoral de este martes fue en el referéndum planteado por el gobernador de California, Gavin Newsom, para poder llevar a cabo el rediseño del mapa electoral del estado que contrarrestre maniobras similares de los republicanos en Texas, Misuri y Carolina del Norte a instancias de Trump.
Con la Proposición 50 aprobada por los votantes, Newsom podrá esquivar la comisión independiente que por ley controla el proceso de redistribución de distritos electorales e implementar un mapa más conveniente para los intereses demócratas.
El objetivo a corto plazo de estos rediseños son las elecciones legislativas de medio mandato de noviembre de 2026, en las que ambos partidos lucharán por hacerse con la mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado para reforzar o contrarrestar la acción del Gobierno de Trump. Asimismo, con esta victoria Newsom se afianza en el Partido Demócrata como némesis del republicano y refuerza sus opciones ante una eventual candidatura para las presidenciales de 2028.
«…And so it begins!» («…¡y así empieza!») ha sido la expresión utilizada por el presidente de EEUU, Donald Trump, para reaccionar a la victoria de Zohran Mamdani –demócrata y musulmán– como alcalde de Nueva York. Es una expresión cargada de dramatismo que suele usarse para anunciar el inicio de algo importante, normalmente con un tono de advertencia o amenaza velada. La frase es famosa por su utilización en ‘The Lord of the Rings’ –’El señor de los anillos’– , cuando el rey Théoden se dirige a la batalla del Abismo de Helm, de ahí sus connotaciones apocalípticas que Trump tanto gusta explotar. Trump ha descrito a Mamdani como «comunista lunático».
Trump había hecho campaña por los candidatos republicanos a gobernador tanto en Virginia como en Nueva Jersey. Tras la derrota en los dos estados, el presidente publicó en su red social que se debía en gran parte a que «Trump no estaba en la papeleta» y al cierre parcial del Gobierno (‘shutdown’).
Las elecciones de este martes coincidieron en un momento en que el presidente registra su índice de aprobación más bajo de su segundo mandato, según las encuentas de Reuters/Ipsos. El 57% de los estadounidenses desaprueban su gestión, frente al 52% que lo hacían en el anterior sondeo en el mes de mayo.
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