Así vivió Nadal sus últimas horas como tenista: del llanto al sufrimiento
Tirado en el suelo celebrando un último punto, una última victoria y un último triunfo. Así nos gustaría a todos haber visto a Rafa Nadal despedirse del tenis y así se merecía una figura como la suya haber puesto punto y final a la carrera más imponente del deporte español. Seguir leyendo….
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Tirado en el suelo celebrando un último punto, una última victoria y un último triunfo. Así nos gustaría a todos haber visto a Rafa Nadal despedirse del tenis y así se merecía una figura como la suya haber puesto punto y final a la carrera más imponente del deporte español.
Pero la realidad, como en la vida misma, pocas veces da lugar a la justicia. Nadal se despidió probablemente de la forma más amarga que Málaga y el mundo se podían imaginar desde que el de Manacor anunció el pasado 10 de octubre su retirada tras la disputa de la Copa Davis.
A las primeras de cambio, cediendo su punto de la eliminatoria y acabando su carrera con el sufrimiento desde el banquillo. No fue el final seguramente deseado ni el homenaje más preciado que podría haber tenido.
La organización tenía preparado un acto escueto, pero emotivo, como así lo quiso el propio Rafa. Palabras de agradecimiento hacía todo el mundo y una despedida final superada la media noche en un Martín Carpena que se resignaba a abandonar sus sitios y a su gran ídolo de las últimas décadas.
Del llanto a la resignación
En un día de fuertes emociones, la noticia saltó por la mañana cuando se filtró su participación en el primer partido de la eliminatoria. Málaga y el mundo estallaron de alegría al saber que se esfumaba la posibilidad de no poder ver una última vez a Nadal en acción. Su preparación y sus palabras daban lugar a la esperanza, pero la realidad fue bien distinta.
Tras las lágrimas y la emoción en la ceremonia previa, Nadal no pudo reflejar en la pista todo lo que sentía y la inactividad de tantos meses le pasó factura. Él mismo asumió no haber llegado al nivel que pensaba poder llegar y dejó bien claro que no iba a exigirse más de lo que ya había hecho en toda su carrera. Lo intentó como siempre al máximo, pero no pudo ser.