El Mundo
Alemania gira a la derecha y tantea una gran coalición frente al avance de los ultras
Vuelco político en Alemania. El bloque conservador del candidato conservador, Friedrich Merz, ha ganado holgadamente las elecciones legislativas, al obtener un 29 % de los votos. Son unos nueves puntos por encima de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que por primera vez en la historia será la segunda fuerza del país con un 20 %, según las proyecciones de la…
Vuelco político en Alemania. El bloque conservador del candidato conservador, Friedrich Merz, ha ganado holgadamente las elecciones legislativas, al obtener un 29 % de los votos. Son unos nueves puntos por encima de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que por primera vez en la historia será la segunda fuerza del país con un 20 %, según las proyecciones de la televisión pública ARD. Los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz se desploman a la tercera posición y marcan un nuevo récord a la baja, al caer al 16,5 %. Su socio de gobierno, los Verdes, quedaron en un 11,8%.
“Es un día histórico. Tenemos ante nosotros una tarea difícil. Pero mañana mismo empezaron a trabajar en ello”, exclamó Merz, desde la Konrad Adenauer Haus, la sede de su Unión Cristianodemócrata (CDU), arropado por el líder de su hermanada Unión Socialcristiana Bávara (CSU), Markus Söder, y el resto de la cúpula conservadora. Expresó su respeto “a los adversarios”, en dirección a Scholz. Y ratificó que sus prioridades son la reactivación de la economía alemana, ahora en recesión, la reconducción de la política migratoria hacia una vía restrictiva y la seguridad del país. Descartó de nuevo a la AfD como socio, por su condición de partido prorruso y euroescéptico, lo que le sitúa en las antípodas de la política exterior alemana.
Casi en paralelo, en la Willy Brandt Haus del Partido Socialdemócrata (SPD, un Scholz compungido pero sereno, felicitaba al vencedor y reafirmaba su convicción de que “ningún demócrata puede conformarse con un resultado como el obtenido por la AfD”. Para la socialdemocracia, es un desplome histórico. No solo por haber caído en la tercera posición, con casi diez puntos menos que los obtenidos en 2021, sino porque además es su récord a la baja tras el 20,5 % que marcó en 2017.
Se confirma así el giro a la derecha que apuntaban los pronósticos y también que Merz necesitará al menos un socio para gobernar. La AfD de Alice Weidel está descartada en cualquier constelación política, incluso para respaldar en el Parlamento un Gobierno en minoría, por lo que el escenario con más opciones es una ‘gran coalición’ entre conservadores y socialdemócratas. Está en el aire que pueda precisar incluso el apoyo de los Verdes, lo que dependerá del recuento final de los votos. Scholz, por lo pronto, seguirá como canciller en funciones hasta la formación del nuevo gobierno, aunque se mantendrá al margen de las negociaciones de coalición
Entre los grandes derrotados está el Partido Liberal (FDP), responsable del hundimiento de la coalición de Scholz, al que las proyecciones sitúan en el 4,4 %, por debajo del listón mínimo de 5 % que garantiza entrar en el reparto de escaños. Su líder y exministro de Finanzas, Christian Lindner, anunciaba la misma noche electoral “decisiones” para el día siguiente y una retirada de la vida política.
La Izquierda, un partido al que hace unos meses se consideraba agónica a consecuencia de la escisión de su corriente prorrusa, capitaneada por Sahra Wagenkecht, no solo ha logrado saltar por encima del listón mínimo del 5 %, sino que lo ha hecho con holgura, ya que se sitúa en un 8 %.
El partido prorruso de Wagenknecht, que defiende una línea dura contra la migración semejante a la de la AfD, ha quedado oscilando entre el 4,9 y el 5 %. De quedar por debajo del listón, la carrera política de esta ambiciosa y mediática líder habrá terminado. Ni siquiera compareció a la tradicional “ronda de los elefantes”, la tertulia televisiva que reúne a los líderes y candidatos de todos los partidos mientras aún discurre el conteo de votos.
Duras palabras entre los socialdemócratas y euforia contenida conservadora
En la Konrad Adenauer Haus conservadora estaba todo preparado para celebar y, efectivamente, se empezó a brindar en cuanto saltaron los primeros sondeos a pie de urna. Merz no se hizo esperar para saludar a los suyos. Pero en medio de las ovaciones al vencedor y la euforia se respiraba cierta contención ante las difíciles negociaciones en el camino a la cancillería. En la Willy Brandt Haus socialdemócrata, además de tristeza, se escucharon duras palabras por parte de quien sonó como aspirante a la cancillería como relevo a Scholz, pero no llegó a cuajar. “Es un desastre para el SPD”, dijo el ministro de Defensa, Boris Pistorius, quien probablemente manejará las negociaciones con los conservadores en lugar de Scholz.
Las legislativas alemanas se celebran por anticipado y se registró una participación del 83 %, la más alta desde la reunificación alemana. La polarización ha llegado a la política de Alemania, un país acostumbrado a la alternancia en el poder armónica. Hubo una gran movilización de última hora, atribuida a quienes ven peligrar el cordón sanitario.
Los comicios se convocaron tras el hundimiento el pasado noviembre del tripartito que lideró Scholz con los Verdes y los liberales. Fue una coalición lastrada desde sus inicios por los abismos ideológicos entre los socios. Finalmente estalló por los disensos en materia fiscal con los liberales y la incapacidad para dar una respuesta a la crisis económica de Alemania, en recesión desde 2023.
La necesidad de reactivar la economía y el debate en torno a la migración irregular han marcado la campaña. Más de 59 millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas, para elegir un Parlamento que tendrá 630 escaños. Es una reducción de un centenar de puestos respecto a la legislatura pasada, fruto de una reforma que afecta especialmente a los partidos minoritarios.